QUE NUESTRAS MANOS RECOJAN UNIDAS
El Señor nos habló del sembrador y de los segadores que recogían la cosecha. Nos dijo que la mies era mucha y que los obreros pocos. Los apóstoles recogieron las redes llenas de peces, tan llenas que se rompían. Evidentemente se trata de las almas que hay que salvar o recoger: El 8 de Febrero de 1964 Jesús habla a Isabel quejándose del escaso número de “ mano de obra” que le ayuda a cosechar las innumerables personas que sufrían en cuerpo y alma en territorios imposibles de abarcar con la vista. “La mies es mucha y los obreros pocos” nos dice en el Evangelio. “¡Recoge conmigo, mi Isabel! Tengo pocos obreros y en vano ofrezco un gran premio, no hay muchos que se ofrezcan. Sé tú también mi buena trabajadora, ¡Sobrepasa lo normal!” (DE 223). J
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