Categoría: La Virgen María a los consagrados

Los sacerdotes necesitan la Llama de Amor para enfrentar las tremendas tentaciones de todo tipo que los atacan permanentemente y sin cuartel.

Jesús en el Diario Espiritual reprocha con gran vehemencia la indolencia y negligencia de los sacerdotes pero al mismo tiempo les testimonia un amor extraordinario.

Los pecados contra la castidad nos arrastran a la muerte eterna. Necesitamos los auxilios espirituales para vencer estas tentaciones.

El orden sacerdotal es una poderosa defensa contra el enemigo pero debemos tener en cuenta que si el individuo es infiel a las gracias de Dios, queda a la merced de los ataques diabólicos.

La Devoción a la Llama de Amor no solamente renueva el ministerio de los sacerdotes, sino el compromiso de los consagrados por los votos dentro de las órdenes religiosas, la santidad de vida y el ministerio de los esposos unidos por el sacramento

Es necesario que todos los fieles oren y se sacrifiquen para sostener a sus sacerdotes en el camino de la santidad; sin embargo es todavía más urgente que llevemos la Llama de Amor a los Obispos, párrocos, sacerdotes en general, seminaristas y jóvenes para que puedan experimentar el poder tremendo de María Santísima que aplasta la cabeza del Maligno.

Desde el inicio del Diario Jesús le pide a Isabel su corazón, su voluntad, que “renuncie a sí misma”, a sus intereses egocéntricos. Le dice quiero que “te entregues a Mí con absoluta confianza”. Satanás, por el contrario, le dice: “realízate a ti misma”.

La enseñanza dada en los seminarios ha adolecido de grandes fallas generando más tarde el desencanto de la vocación y también escándalos gravísimos.

La Llama de Amor no es solamente una devoción. Es un instrumento de victoria contra el Demonio. Esta gracia va destinada de manera especial a los padres de familia para que protejan su hogar contra la acción diabólica y lo edifiquen hasta convertirlo en un “santuario familiar”