CARTA No.269: La señora Juana Francisca, de ciudad de Panamá dice:

Hola, Padre Sergio, ¿qué le diría usted a los sacerdotes que le tienen desconfianza a la Devoción a la Llama de Amor y que en vez de apoyar a las personas que la promovemos nos critican y se oponen a nuestro apostolado?

Respuesta:  Es muy difícil abrir el corazón a una gracia que no se conoce o que se conoce mal.  Los sacerdotes necesitan que se les informe bien de lo que es la Llama de Amor del Inmaculado Corazón de María. Es nuestro deber estar bien informados para poder informar bien a los párrocos. Si el sacerdote recibe una información incompleta o errónea sobre la gracia de la Llama de Amor es comprensible que  no nos apoye o nos rechace en este apostolado tan importante. ¿Qué debemos comunicar a los párrocos? En primer lugar que la Llama de Amor está reconocida en la Iglesia a nivel diocesano. Principalmente en Hungría. El Cardenal Peter Erdó, Primado de esta nación, la ha oficialmente aprobado y recomendado. Igualmente en muchas otras Diócesis del mundo. Algunos sacerdotes piensan que la Llama de Amor no está reconocida por la Iglesia. Al contrario. Es una gracia  oficialmente aceptada por muchos obispos. Su reconocimiento pontificio está en marcha. Se están dando los pasos que exige el Vaticano para que el Papa la reconozca como una Devoción eclesial. Dentro de algunos años con toda seguridad el Santo Padre la recomendará como una gracia dada por Dios a toda la Iglesia.

El reconocimiento de parte de muchos obispos implica que el contenido de la Devoción está de acuerdo con el  Dogma y la Moral católicas. Nada en el mensaje se opone a las enseñanzas de la Iglesia. Quien siga esta Devoción llegará a la santidad de vida cristiana. Estará en comunión en la fe y en la caridad con el párroco, el obispo y el Papa. ¿Qué aporta al sacerdote la Llama de Amor? Una multitud de gracias extraordinarias. En primer lugar un arma eficaz para combatir la acción diabólica en su propia vida. Cuando los sacerdotes descubrimos cómo la Virgen ciega a Satanás por medio del efecto de gracia, cambia nuestro estilo de vida sacerdotal y nuestra manera de ejercer el pastoreo parroquial. Los sacerdotes, como todo ser humano, somos atacados por los espíritus malignos. Ignoramos que muchos de nuestros problemas personales provienen de la acción diabólica. No nos damos cuenta de que “convivimos con espíritus impuros” que nos atormentan diariamente.  Al vivir esta gracia abrimos los ojos y somos liberados por la acción de la Virgen. Emprendemos el combate espiritual del que nos habla San Pablo en Efesios 6,10-19. La Llama de Amor no es solamente una devoción. Es un instrumento de victoria contra el Demonio. Esta gracia va destinada de manera especial a los padres de familia para que protejan su hogar contra la acción diabólica y lo edifiquen hasta convertirlo en un “santuario familiar”.

La Llama de Amor renovará la pastoral familiar desde la raíz. Es la solución que la Virgen da a la crisis de la familia y de la Iglesia de hoy. Esta gracia es fruto del amor infinito que María tiene por sus hijos. Es Ella quien la obtuvo de la Santísima Trinidad por las llagas  de su Hijo Jesucristo. Un problema frecuente en las parroquias son los “celos”. Hay movimientos o grupos establecidos que miran con desconfianza a cualquier grupo o movimiento nuevo. La Llama de Amor, antes que ser un grupo o movimiento, es un INSTRUMENTO que la Virgen ofrece a todos sus hijos para que enfrenten a Satanás con éxito. Todos en la Iglesia, desde el Papa hasta el último fiel, necesitamos la gracia de la Llama de Amor. Esta gracia es eminentemente evangelizadora. Cuando una familia la acoge y pone práctica las peticiones de María Santísima se transforma desde el interior y se va convirtiendo en una familia evangelizadora de otras familias. El mensaje de la Llama de Amor no tiene nada de nuevo o diferente a lo que la Iglesia nos ha enseñado durante veintiún siglos. Es el Evangelio puro: Jesucristo es la Llama de Amor. La Virgen nos enseña que es Ella quien enciende en las almas esta gracia. Todos los que trabajamos en su expansión debemos tener en cuenta las palabras de María Santísima: Su Llama se expandirá suavemente, sin crear conflictos, porque es precisamente Amor. Tengamos paciencia y sabiduría, amor, prudencia y comunión con aquellos hermanos sacerdotes que no comprenden esta gracia y se oponen a ella.  Oremos por ellos. La Santísima Madre se revelará a sus corazones en el momento preciso. Es una profecía de la Virgen: Ella cegará a Satanás y lo derrotará.

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