CARTA No.315: LOS SACERDOTES Y CONSAGRADOS A DIOS, IGUAL QUE LOS FIELES LAICOS, NECESITAN DE LA LLAMA DE AMOR

La gracia de la Llama de Amor es un Don que Dios da a la Iglesia entera: jerarquía y fieles para que puedan enfrentar al poder de las tinieblas. Los sacerdotes y consagrados no son inmunes a los ataques diabólicos. Al contrario. Satanás odia a los sacerdotes y consagrados en la vida religiosa con mayor empeño que a los laicos. La Palabra de Dios advierte: “Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas” (Zac 13,7; Mr 14,27). Para destruir la Iglesia el reino de las tinieblas ataca en primer lugar a los llamados a la vida consagrada: Obispos y sacerdotes; superiores religiosos, seminaristas, novicios, aspirantes. Niños y jóvenes en el interior de las familias llamados al sacerdocio y a la vida religiosa. Ataca de manera especial a los formadores: teólogos, Rectores de Seminarios, profesores, directores espirituales, confesores, etc. El objetivo primario del Demonio son los responsables de la Iglesia y comunidades. Sometiendo a las cabezas se asegura que los súbditos queden indefensos. La estrategia del reino de las tinieblas en primer lugar consiste en sembrar la confusión, el error doctrinal y moral, en las mentes de aquellos que tienen influencia en el Pueblo de Dios. Para protegerse de este ataque perverso todos ellos deben descubrir el mensaje de la Llama de Amor, conocer el instrumento extraordinario que la Virgen María obtuvo del Padre Eterno para cegar los ojos de Satanás. 

En diversos párrafos del Diario Espiritual encontramos las amargas quejas de Jesús:

“La aflicción de mi Corazón es tan grande a causa de las almas a Mí consagradas”…(DE 4-10-1962) (16-8-1962).

El Señor pide a sus sacerdotes fidelidad a los compromisos de la vocación y los amenaza si permanecen en la indolencia y pereza espiritual:

“Tomen ya sobre sí la cruz que Yo también abracé y crucifíquense ya a sí mismos como Yo lo hice, porque de otra manera, ¡no tendrán la vida eterna!”. ¿A qué se debe que decenas de miles de sacerdotes y religiosas hayan abandonado sus compromisos espirituales? La preciosa oración en la que Jesús expresa sus anhelos lo explica todo: “Que nuestros pies vayan juntos” …(DE 4-5-1962).

El 4 de octubre de 1962 Jesús dice de las almas consagradas cosas terribles:

“me han marginado de sus vidas, viven aburridos en la ociosidad indolente, buscan solo su propia comodidad, se aprovechan de cada oportunidad para esconderse cobardemente, se comportan como si no fueran mis obreros, malgastan el tiempo. Los llama ciegos y sin corazón. No quieren caminar conmigo, recoger conmigo. Sus corazones no laten al unísono conmigo. Su interior no siente conmigo. Dejan botada la abundancia de mis gracias. No quieren compartir mis sentimientos. No quieren escuchar el latir de mi Corazón manso y bondadoso…. Tomen ya sobre sí la cruz que Yo también abracé y crucifíquense ya a sí mismos como Yo lo hice…”.

Según el mensaje de la Llama de Amor la raíz profunda de la crisis sacerdotal que ha azotado y sigue azotando a la Iglesia es la falta de unión íntima con Jesucristo; la carencia de intensa vida en el Espíritu de parte de los consagrados explica su abandono. Lo que Jesús pide a los sacerdotes y consagrados es precisamente una vida de profunda amistad que los lleve a abrazar y llevar la cruz junto con Él. En realidad esta petición va dirigida a todos los bautizados pero de manera especial a los sacerdotes. Después del Concilio la crisis sacerdotal ha llegado a su máximo con el abandono masivo de los consagrados. Ha salido a luz una falla gravísima en la formación moral dada en los seminarios. El relativismo moral ha falseado la conciencia de muchos consagrados. La enseñanza dada en los seminarios ha adolecido de grandes fallas generando más tarde el desencanto de la vocación y también escándalos gravísimos.

La Llama de Amor aporta a los seminaristas y sacerdotes una grandiosa ayuda que les permitirá enfrentar victoriosamente el tremendo ataque de Satanás contra la Iglesia. Ataque que no solamente viene del exterior, sino sobre todo del interior. Jesús nos habla del “incendio” de Satanás. Y con palabras terribles amenaza a los indolentes que “dejan que las almas sigan condenándose” (DE 7-8-1962). “Satanás levanta barricadas en sus almas para no dejar pasar la luz divina. Sin la claridad vivificante de esta Luz están ustedes sufriendo y torturándose bajo el oscuro peso de la indolencia”. “Dense cuenta de que todas esas cosas desordenadas tienen su origen en Satanás, es su obra y dura mientras Yo se lo permita”. La gracia de la Llama de Amor es la solución para muchas almas de sacerdotes y religiosos que se encuentran en crisis vocacional.

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