La Llama de Amor y la Rosa Mística: Isabel Kindelmann y Pierina Gilli (I)

Así como los mensajes dados a Eugenia Ravasio por el Padre Eterno para  sus hijos y la Llama de Amor están relacionados, también encontramos lazos entre los mensajes de Isabel Kindelmann y aquellos dados a Pierina Gilli, la vidente de la Rosa Mística. 

Lo primero que notamos es una cierta semejanza en la historia de estas dos mujeres destinadas por Dios a darle a la Iglesia de estos últimos tiempos sendos mensajes de gran urgencia. Pierina Gilli nace en los alrededores de Montichiari, pequeña ciudad de la provincia de Brescia en el norte de Italia, en el año 1911; Isabel nace en Budapest, Hungría, en 1913. Pierina muere en 1991; Isabel en 1985. Eugenia Ravasio, Pierina Gilli e Isabel Kindelmann son contemporáneas. Las tres van a contribuir a iluminar el panorama de la Iglesia posconciliar. 

La infancia de Pierina y de Isabel transcurre en el tiempo de la primera guerra mundial (1914 – 1918), época de grandes convulsiones y de gran pobreza. Las dos niñas sufrirán la pérdida de sus seres queridos. A los siete años Pierina pierde a su padre. Su familia, ya sumida en la pobreza, se hunde en la miseria. Pierina por varios años debe ir a un orfanato regentado por religiosas. Regresa a casa para ayudar a su madre en el cuidado de sus hermanitos. Solamente estudiará hasta el cuarto grado de primaria. 

El caso de Isabel es todavía más dramático. Al cumplir los doce años se encuentra totalmente sola en el mundo. Sus padres han muerto y sus doce hermanitos también. Está literalmente en la calle. Para sobrevivir debe trabajar en labores doméstica y de obrera. Apenas logra con esfuerzos propios aprender a leer y escribir. No asiste a la escuela porque no puede pagarla. Pierina se desenvuelve en una familia profundamente católica y piadosa. Nace en ella el deseo de consagrarse a Dios en la vida religiosa. En la familia de Isabel su padre es protestante, su madre católica. También ella desea ser religiosa y busca en diferentes conventos ser admitida. Ninguna de las dos logrará coronar sus  anhelos. Isabel encuentra su camino al matrimonio en la parroquia donde asiste: Karol Kindelmann, un obrero cuyo trabajo de maestro deshollinador de chimeneas, le propone matrimonio. Ella tiene dieciséis años; él tiene cuarenta y seis. Los hijos y la viudez a temprana edad serán su “convento”. 

Por su parte Pierina entra con las hermanas Siervas de la Caridad. Una congregación religiosa dedicada a cuidar a los enfermos. Es admitida como postulante, pero su estado de salud le impide realizar su proyecto. Varias veces hace el intento pero misteriosamente la enfermedad vuelve y debe dejar temporalmente la casa de formación. Años más tarde entra otra vez como postulante. La enfermedad aparece de nuevo y en medio de  graves crisis de salud inicia el camino de las apariciones. 

Primero es la Beata María de la Rosa, fundadora de la congregación, la que aparece como enviada precursora de la Virgen María. Más tarde es la propia Madre de Dios  la que viene a su encuentro con los mensajes de Rosa Mística. Paradójicamente su condición de vidente es la que impide a Pierina ser admitida en la vida religiosa. No le creen y la acusan de engañadora. Todas las puertas de los conventos se le cierran y se verá obligada a vivir como laica hasta el fin de su vida. La persecución de poderosos e influyentes clérigos y laicos harán de Pierina una excluida que es preciso evitar en el ambiente eclesiástico que la rodea.
Isabel a los  cuarenta y nueve años es introducida en su vocación de profeta de la Llama de Amor del Inmaculado Corazón de María. Comienza a recibir los mensajes por medio de locuciones interiores y visiones intelectuales. En el caso de Pierina Gilli se trata de apariciones en los que la vidente contempla con sus ojos y trata a la Virgen María como si Ella estuviera realmente presente. 

La Llama de Amor está en buena parte destinada a las familias. La Rosa Mística es en su primera etapa  una poderosa llamada a la santidad de los religiosos y del clero diocesano. En la segunda etapa, las apariciones son una llamada a la conversión para todo el Pueblo de Dios. Actualmente la Llama de Amor se extiende por todo el mundo de manera discreta. Ha sido reconocida por muchos obispos y los responsables del movimiento están pidiendo al Santo Padre la aprobación Pontificia. 

Las apariciones de María Rosa Mística han sido muy combatidas por el grupo que relegó al ostracismo a Pierina Gilli. Su férrea oposición no ha impedido que la Devoción a María Rosa Mística se extienda milagrosamente llevando frutos increíbles a toda la Iglesia. Hoy no se puede decir oficialmente que fueron “apariciones”, sino que “no consta por el momento  que fueron apariciones”. Es muy probable que más tarde, como tantas veces sucede en la Iglesia,  la veracidad de las apariciones, la santidad de Pierina y la heroicidad de sus virtudes sean reconocidas.
La causa de beatificación de Isabel está siendo introducida. Sin duda llegará el momento de verla en los altares. Estos dos mensajes nos dicen: Sin familias santas no hay sacerdotes; sin sacerdotes santos no hay familias santas.

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