Hombres: la conversión de sus familias comienza por la conversión del “jefe del hogar”
El jefe de la familia, la cabeza, no es la mujer. Es el hombre, porque representa a Jesucristo, quien es la Cabeza de la Iglesia. En nuestra cultura machista se da el fenómeno de que en todo lo que se refiere a la fe, a la religión, el hombre “abdica” en favor de la mujer y le dice “ te toca” enseñar a los niños a orar; llévalos a misa, llévalos a la iglesia. La “religión es cosa de mujeres”. Este es el error más grave que puede cometer el hombre en el hogar: no asumir de manera integral su gran responsabilidad de Jefe y Pastor.
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