COMBATIR AL DEMONIO CON LA LLAMA DE AMOR.

B) Si no tenemos un conocimiento adecuado de la naturaleza del Demonio y de su acción no lo podremos combatir eficazmente. Lo primero que debemos tener en cuenta es que Satanás y los suyos son, igual que los seres humanos, “criaturas” sometidas en todo al poder del Creador. Esto trae una consecuencia super importante para nosotros: perderle el miedo.Para derrotarnos Satanás nos infunde temor. Esta sensación de debilidad que sentimos ante el reino de las tinieblas es su principal arma. Los espíritus malignos que vagan por los aires (Ef.2,2;610-19; ) “nos quieren convencer de que son por sí mismos poderosos, fuertes, grandes, inteligentes, independientes de Dios, etc. cuando en verdad son todo lo contrario. No pueden hacer nada si Dios no se lo permite y están amedrentados ante aquellos hombres y mujeres llenos de Fe y de Amor a Dios. Santiago nos dice: “enfréntense al Diablo y él huirá” (Sant. 4,7). Siendo Satanás, sus demonios y sus espíritus malignos mentirosos por naturaleza ellos siempre se acercarán a nosotros mintiendo, engañando, confundiendo, haciendo teatro. La verdad es que solamente tienen poder sobre aquellas personas que se les someten llevando una vida de pecado, o que recurren a las fuerzas ocultas (adivinación, magia, hechicería, espiritismo, idolatría, supersticiones, etc), o viven su Fe de manera fría, y no saben utilizar las armas ofensivas y defensivas que Dios nos da por medio de la Iglesia. 

Satanás emplea como primera estrategia perturbar nuestra inteligencia para que no veamos claramente la verdad de las cosas. Esto es fundamental: si no vemos dónde está la Verdad (JESUCRISTO) entonces comenzamos a andar por caminos equivocados y somos víctimas miserables de los malignos. Hay tres clases de demonios que atacan unidos al hombre: los demonios de la inteligencia, de la memoria y de la voluntad.. Estas tres facultades del alma deben trabajar en coherencia para que podamos pensar y sentir rectamente y así actuar de acuerdo a la Voluntad de Dios. El Demonio tratará de perturbar por todos los medios y con todas sus fuerzas estas facultades. Intentará confundirnos y arrastrarnos a la mentira o al error (1Tim 4,1) para destruirnos. Podemos dar nombres a los demonios o a los espíritus malignos de acuerdo a la influencia que tienen sobre nosotros. Si produce angustia, lo podemos llamar demonio de angustia, o espíritu maligno de angustia; si produce miedo, lo podemos llamar miedo, etc. Así nos vamos volviendo conscientes de qué espíritus malignos están atacando a nuestra familia: ira, división, lujuria, pornografía, adulterio, tristeza, depresión, alcoholismo, muerte, suicidio, etc. etc. No estamos tratando de hacer Demonología barata. Los especialistas en este campo nos presentan listas muy largas de nombres propios de demonios. En nuestro caso de la Llama de Amor podemos contentarnos con este enfoque sencillo que nos permitirá implorar el auxilio de la Madre de Dios. La Llama de Amor no es un exorcismo propiamente dicho aunque tiene efectos de liberación muy notables; la Llama de Amor es Jesucristo que hoy como ayer entra en nuestras familias para “expulsar los espíritus malignos” (Lc 7,21) y establecer su Reino. 

Cuando hablamos de exorcismo propiamente dicho nos referimos solamente a los casos de auténtica posesión diabólica. Para ayudar a las personas posesas están los sacerdotes mandatados por los Obispos. En el caso de que una persona tuviese una verdadera posesión diabólica le tocaría al exorcista de la Diócesis asumirlo. De ordinario la mayor parte de las personas sufrimos perturbaciones espirituales de diversa magnitud pero no son verdaderas “posesiones”. Es en este terreno que la Llama de Amor se manifiesta como sumamente útil porque todos los seres humanos podemos utilizarla como instrumento de sanación espiritual. Y de esto se trata: de que aprendamos a utilizar el nuevo instrumento que la Virgen María nos da para cegar a Satanás en nuestra vida personal y especialmente en el interior del hogar. 

Los padres de familia deben discernir qué espíritus malignos están afectando su hogar. En nuestro mundo moderno la psicología ha ayudado a muchas personas a adquirir una mejor calidad de vida psíquica, pero también ha contribuido a confundirnos espiritualmente porque sus diversas teorías nos han hecho creer que todos los comportamientos humanos son fruto de elementos meramente naturales. Si hay enojo, ira, violencia, lujuria…etc. nos hablaran de problemas emocionales, de complejos, de condicionamientos culturales, etc. Los psicólogos ateos (1Jn 4,5) no aceptarán, por principios metodológicos científicos, que pueda haber también un elemento preternatural en la raíz de las conductas anómalas o inmorales (Gál 5,19-26). Con la Llama de Amor iremos descubriendo un mundo invisible a los ojos carnales. Las corrientes de la psicología científica no lo pueden captar ni comprender. La Virgen nos habla de este mundo, lo denuncia, lo combate y lo vence (Ap 12). Ella nos da las armas para enfrentarlo con éxito.

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