Oremos al Padre eterno por los méritos de Jesucristo y por el Espíritu Santo (IV)
Dios Padre viene a revelarse no porque Él necesite de sus criaturas, sino solo para salvarlas y hacerlas partícipes de su gloria. “Y también porque mi bondad y mi amor se dan cuenta de que los seres que saqué de la nada y adopté como verdaderos hijos están cayendo numerosos en la infelicidad eterna con los demonios, faltando de este modo a la finalidad de su creación, ¡y perdiendo el tiempo y la eternidad!” (p 38).
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