CARTA No.271: Petrona, de Michoacán, México, dice: 

He leído el Diario de Isabel. Veo cómo el Demonio la ataca. Ella lo vence rezando el Rosario y la jaculatoria. Los ataques que sufre no son físicos; son más bien de la mente, del corazón. En mi pueblo hay mucha brujería. Tengo una hermana que es víctima de un maleficio. Una mujer que fue la amante de mi cuñado, la odia y quiere que mi hermana deje a su marido. Esta mujer fue donde un brujo y le pagó para que le hiciera un maleficio a mi hermana. Desde entonces mi hermana convulsiona, cae al suelo, grita, le aprietan la garganta, le jalan la cabeza para atrás, la golpean, la rasguñan, habla otra persona por su boca, en la casa se oyen voces que se ríen de ella, dicen que la quieren matar, le tiran cosas, la tiran al piso, no puede dormir, la ahogan, …es algo espantoso lo que estamos viviendo desde hace meses. ¿Por qué en el Diario Espiritual no salen estos ejemplos? Rezamos el Rosario de la Llama de Amor pero mi hermana no se alivia. ¿Qué podemos hacer? 

Respuesta: Los ataques que sufrió Isabel fueron peores, más grandes, más peligrosos y más dolorosos que los que sufre tu hermana porque fueron ataques espirituales. Isabel salió victoriosa en medio de tantos sufrimientos del alma con la ayuda de la Llama de Amor. Rezar el Rosario para liberar a tu hermana es el camino correcto. Sin embargo no basta rezar el Rosario. El ataque contra tu hermana es un llamado de Dios a tu familia para que todos los miembros se conviertan de corazón y abandonen su vida de frialdad. Dios permite los sufrimientos visibles y externos de tu hermana para que sus hijos, su marido, los demás miembros de tu familia y también los vecinos se den cuenta de que el demonio existe y se conviertan. La Virgen lo que pide es la conversión de tu familia: que cambien de corazón, que abandonen su mal vivir, que reparen sus pecados, que se acerquen a la vida parroquial, que abandonen los vicios en que están, que se acerquen a Dios. Ella quiere que renazca la fe católica en tu familia y en la ranchería.

Dios puede liberar a tu hermana en un instante pero no lo hace porque espera que tu familia entera aproveche esta ocasión para cambiar de vida. Por lo que me has contado los tuyos son fríos para con Dios, indolentes en su vida cristiana. Muchos de tus hermanos y parientes están viviendo en vicios y en pecado mortal. Tú te angustias porque ves que tu hermana presenta esos cuadros de ataques externos. ¿No te das cuenta de que es mucho más grave, más peligroso que tu familia esté alejada de Dios? Es mucho peor el ataque diabólico a la fe de tu familia que el maleficio de tu hermana. Me dices que en tu parentela casi nadie va a misa, que no oran para nada, que no se confiesan, que no leen la Palabra de Dios, que viven peleando, que lo único que les interesa es el dinero, que los domingos se reúnen para tomar,…etc. No se interesan por la Vida Eterna, por su salvación. Piensan que todo termina con la muerte.

En vez de pedir las bendiciones a Dios van donde brujos para hacerse limpias como si el Demonio pudiese darles alguna ayuda. Aunque tu hermana esté sufriendo y ustedes con ella, la verdad es que la familia entera está espiritualmente peor que tu hermana. Ella por lo menos reza y estos sufrimientos la han obligado a acercarse a Dios. Los demás hasta ahora no han comprendido que el Señor los está llamando a dejar su vida de pecado y a vivir de acuerdo al Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo. Los maleficios son una realidad. Los hechiceros invocan a los demonios para que hagan daño a las personas. Cuando una familia vive intensamente su fe, vive en gracia de Dios, oran el Rosario, celebran la eucaristía, comulgan, confiesan y reparan sus pecados, los maleficios tienen poco efecto. Cuando las familias viven en la indolencia espiritual no tienen defensas contra los espíritus malignos y los maleficios hacen estragos. La Devoción a la Llama de Amor, al renovar la fe de las familias, las protege eficazmente contra la acción diabólica.

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