EL ROSARIO PROTEGE A LA FAMILIA DE LA ACCIÓN DIABÓLICA

En el interior de cada familia se da la lucha de la que habla San Juan en su Evangelio (Jn 1,4-5). Por el pecado, Adán entregó
sus derechos de primogenitura a Satanás. Renunció a su condición de Príncipe de este mundo, y se convirtió en esclavo
del Maligno. Desde entonces Satanás adquirió fraudulentamente ese título que le correspondía al primer hombre, padre de toda la humanidad. Jesús llama al Demonio “Príncipe de este mundo” (Jn 12,31; 14,30;16,11) y Satanás, en el monte de la tentación, le dice mostrándole todos los reinos de la tierra: “Todo esto te daré si postrándote ante mi, me adoras” (Mt 3,8-10). El Demonio se considera “dueño” de este mundo. Cuando nacemos llevamos la marca del “viejo Adán” en nuestra alma y en nuestro cuerpo. Nacemos en pecado original, bajo la “ira de Dios”, es decir sin la gracia santificante, sin la Vida divina. El Bautismo nos libera de la condenación eterna que sería la consecuencia lógica del estado de muerte espiritual en que nacemos. No somos culpables de ese “pecado” pero sufrimos las consecuencias.

La teología nos dice que los niños que mueren sin bautismo, por no haber pecado de manera personal, no son reos del infierno. En cada hombre el Sacramento del Bautismo opera la regeneración espiritual. Jesús nos da la Vida divina, la Vida Eterna. Sin embargo Dios dejó algunas consecuencias del pecado: la posibilidad de ser tentados y acosados por el Demonio, el dolor y los múltiples sufrimientos de esta vida, y sobre todo la muerte física. Jesús viene para deshacer las obras del Diablo. La obra fundamental de Jesucristo es nuestra Redención. Devolvernos la filiación divina, hacernos de nuevo “hijos de Dios”, abrirnos la posibilidad de “ir al Cielo”, de gozar por toda la eternidad del amor de Dios. En la “memoria del Demonio” está la idea de que él sigue siendo el Príncipe de este mundo, a pesar de que fue destronado por Cristo. Se siente nuestro dueño, se siente con derechos sobre nosotros. Busca desesperadamente “recuperarnos” para su reino.

Esta es la razón del por qué somos tentados infinidad de veces a lo largo de la vida. Vivimos en constante asedio por los integrantes del mundo de las tinieblas. Necesitamos ser permanentemente fortalecidos con la ayuda divina para poder escapar de las redes del cazador. El Señor nos da por la Iglesia esos medios de salvación. Experimentamos una gran debilidad ante las tentaciones de Satanás. Si no fuera por el auxilio divino regresaríamos gustosos a la esclavitud del Demonio como los Israelitas ansiaban regresar a la esclavitud de Egipto. El Rosario es el instrumento más sencillo y al alcance de la mano de todas las familias católicas para resistir y combatir contra las amenazas del mundo diabólico. La Llama de Amor, al renovar para los últimos tiempos el rezo del Rosario en familia, le añade una gracia nueva: “el poder de cegar a Satanás”.

Cuando la familia se reúne todos los días a celebrar, porque debe ser una verdadera celebración familiar, los misterios del Santo Rosario, la acción diabólica es dominada. La contemplación de los misterios de la vida de Cristo hace huir a Satanás. Los demonios inferiores quedan paralizados y no reciben ya más órdenes de la cabeza. Se miran extrañados, preguntándose ¡qué ha pasado! La Virgen María interviene en la familia como respuesta a la invitación que se le hace. El Inmaculado Corazón de María ejerce su maternidad espiritual sobre este hogar que la honra y venera. Protege de las acechanzas del Maligno y educa a los miembros de la familia enseñándoles a orar y a contemplar el rostro de su Hijo. El efecto de gracia se a ejerciendo sobre las consecuencias del pecado original: las pasiones humanas desbocadas que nos acechan y perturban desde el interior. La Virgen va quebrantando la cabeza de la Serpiente que indefectiblemente tratará de penetrar y asentarse en las mentes y en los corazones de los hijos de Dios.

Comparte la Llama de Amor

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *