LA VIRGEN QUIERE QUE LE AYUDEMOS A DAR A CONOCER SU GRACIA DE LA LLAMA DE AMOR

El Inmaculado Corazón de María  pide que le ayudemos a propagar  su gracia de la Llama de Amor como un reguero de pólvora.  Según María Santísima la situación del mundo actual es desesperada. Muchísimas almas van camino de la condenación eterna. Para salvarlas Dios  quiere establecer en el mundo la Devoción a su Inmaculado Corazón. La Llama de Amor es el mensaje de Fátima llevado al interior de las familias para transformarlas y convertirlas en apóstoles de otras familias que están todavía amarradas por lo lazos satánicos. 

La Virgen nos pide que en primer lugar convirtamos  nuestra propia familia en un Santuario Familiar llevando a la práctica todas las recomendaciones que Ella nos da en el Diario Espiritual de Isabel Kindelmann.  Nos suplica que transmitamos  la Llama de Amor a otras familias cercanas a la nuestra.  ¿Cuales son los pasos que debemos dar para que nuestra propia familia se convierta en un Santuario Familiar? Jesús y María guían a Isabel en este camino nuevo.  En primer lugar ella oye la voz de Jesús.  El Señor le habla misteriosamente.  Jesucristo le pide: ¡RENUNCIA A TI MISMA!   La invita a contemplar su rostro desfigurado y su cuerpo torturado. Le repite varias veces lo mismo: Renuncia a ti misma.  Le hace comprender que tanto sufrimiento de Su parte tiene por objetivo salvar las almas.  ¡Cree en Mí y adórame!

La invita a convertirse en el humilde instrumento a través del cual dará a conocer la nueva gracia que Dios entregará a la Iglesia por medio del Inmaculado Corazón de su Madre. Para ser un  instrumento idóneo el Señor la hará pasar por grandes sufrimientos que ella debe aceptar con humildad. Toda la vida de Isabel Kindelmann estará marcada por el dolor y la humillación. Es una condición indispensable no sólo para Isabel sino para todos aquellos que han de comprometerse en la propagación de la Gracia de la Llama de Amor. Jesús pide que le ofrezcamos nuestros sufrimientos para lograr  la salvación de las almas. Al invitarnos a vivir y transmitir la gracia de la Llama de Amor el Señor nos pide que renunciemos a nosotros mismos, es decir a nuestra propia voluntad, para asumir la voluntad de Dios.  Esa primera renuncia es al pecado. 

La Llama de Amor produce un fruto característico allí donde se la recibe: la conversión de los corazones. Los miembros de la familia comienzan a renunciar a los pecados que las tenían atadas para vivir en Gracia de Dios. PARA ACOGER LA GRACIA DE LA LLAMA DE AMOR EN NUESTRAS FAMILIAS TENEMOS QUE RENUNCIAR EN PRIMER LUGAR AL PECADO DE LA SOBERBIA QUE CONSISTE EN HACER NUESTRA PROPIA VOLUNTAD EN CONTRA DE LA VOLUNTAD DE DIOS.

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