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La familia debe ser una “escuela” en la que la primera asignatura sea “aprender a orar”. El Rosario es la mejor escuela para iniciarse en la contemplación de la vida del Señor.

El Santo Rosario debe ser para la familia católica una celebración gozosa de los misterios de Cristo Jesús. Es la actualización diaria en familia de esos acontecimientos fundamentales de la vida del Salvador que nosotros llamamos “misterios”.

El Rosario es el instrumento más sencillo y al alcance de la mano de todas las familias católicas para resistir y combatir contra las amenazas del mundo diabólico.

El Proyecto del Inmaculado Corazón de María se asienta en la oración diaria de todas las familias católicas por medio del Santo Rosario.

Debe ser la prioridad de los padres de familia establecer con la mayor diligencia un tiempo diario privilegiado para reunir a todos los de casa y emprender el camino de la oración en familia.

El Rosario es la escuela donde aprendemos a conocer a Cristo y a amar a Dios. Por eso entre las prioridades de María está el Santo Rosario cada día en familia.

Uno de los objetivos más importantes de la devoción a la Llama de Amor es que todas las familias diariamente oren y recen el Santo Rosario

Cuando hayamos comprendido la grandeza de esta oración nos apegaremos a ella como al arma principal para derrotar a la Llama satánica del “odio” que inunda la tierra con su oscuridad.

Con la Llama de Amor la Virgen María quiere convertir el Rosario en el instrumento privilegiado para que las familias católicas recuperen su identidad y se transformen en portadoras del Evangelio a un mundo moribundo.

El triunfo de María se da en lo profundo de los corazones, allí donde solamente llega Jesucristo con su gracia invisible.