CARTA No.311: LOS CIRIOS BENDITOS

La jovencita Yael, de Danlí, Honduras, escribe: Hola Padre, hable por favor de las candelas, veladoras y cirios benditos. ¿Para qué sirven? 

Respuesta: En la Biblia se nos habla numerosas veces sobre la luz y las tinieblas. La luz representa el bien, las tinieblas el mal. Dios dijo: “Hágase la luz” (Gn 1,2-5) y la luz fue. Antes de la luz todo era caos y oscuridad. La tradición religiosa de Israel y la tradición cristiana utilizan permanentemente en su liturgia las lámparas de aceite o las velas para significar la presencia del Señor. Jesús dice: Yo soy la Luz del mundo. El que me sigue no anda en tinieblas sino que tendrá la luz de la vida” (Jn 8,12). En el Evangelio de San Juan en el primer capítulo se nos presenta la lucha de las tinieblas (el maligno) contra la Luz, que es Jesús. Las tinieblas no pudieron contra la Luz. En todas las culturas antiguas no cristianas también aparece la luz como un elemento ligado a las celebraciones religiosas. Jesús dice que nosotros, sus discípulos, somos la luz del mundo (Mt 5,14). Dios nos pone sobre un candelero para que iluminemos con las enseñanzas del Evangelio a los que nos rodean. El Reino de Dios es el Reino de la Luz. El reino de Satanás está representado por las tinieblas.

En la liturgia de la Iglesia católica los cirios, las candelas, las veladoras, tienen una gran importancia. Vemos sobre el altar las velas encendidas. La más grande e importante de las oraciones, la oración por excelencia, es la de Cristo que se ofrece al Padre en sacrificio en la santa misa. Frente al tabernáculo donde esta guardado el Santísimo Sacramento siempre hay una luz encendida que nos dice que allí está Jesús. Frente a las imágenes de la Santísima Virgen y de los santos con frecuencia ponemos veladoras que son como signos de nuestra oración y de nuestras súplicas. En los tiempos modernos la luz eléctrica ha remplazado la función que antiguamente tenían los cirios, alumbrar, pero para los cristianos el signo siempre es el mismo: la luz vence a la oscuridad. La Iglesia bendice las candelas porque éstas, cuando se encienden, representan a Jesús, luz del mundo y expulsan a los espíritus malignos. ¿Cuándo se encienden las veladoras o candelas en la casa? En primer lugar cuando vamos a orar.

En la bendición de los cirios el sacerdote dice: “Oh Señor Jesucristo …bendice estos cirios y santifícalos por la virtud de la Santa Cruz y que con la luz de tu gracia ahuyenten las tinieblas que afectan el género humano. …concédenos que así como estos cirios encendidos con un fuego visible expulsan las tinieblas de la noche, así también nuestros corazones ilustrados con la llama invisible del Espíritu Santo carezcan de todos los vicios, para que, purificada la vista del alma, podamos mirar lo que te es grato y útil a nuestra salvación; y así merezcamos llegar, después de las peligrosas tinieblas de este mundo, a la luz inextinguible…”etc. El cirio por excelencia es el Cirio Pascual que representa a Cristo resucitado, Luz del mundo. Durante el tiempo de Pascua está encendido en el presbiterio de la Iglesia parroquial. Llevamos a nuestra casa las candelas que el sacerdote bendice en la ceremonia pascual. Es importantísimo tener en casa numerosas velas bendecidas para irlas utilizando a lo largo del año en las oraciones que hacemos en familia o en soledad. En el Diario Espiritual la Virgen nos pide que en la fiesta de la Candelaria llevemos a nuestro hogar suficientes velas bendecidas para utilizarlas en las reuniones familiares de oración o para pasar la Llama de Amor.

Debemos tener muy en cuenta que el enemigo de nuestra salvación imita como un mono lo que hace la Iglesia: utiliza las velas para hacer magia, hechicería, invocar al demonio, etc. Los brujos, espiritistas, hechiceros, magos, charlatanes hacen negocios con la ingenuidad de la gente ignorante y venden velas para hacer rituales de buena suerte, limpias, amarres, maleficios. Promueven el uso de velas de diversos colores, las siete potencias, la santa muerte, velas esotéricas,…etc. Utilizar este tipo de velas es pecado de superstición y jamás debemos permitirlas en nuestro hogar. Debemos tener en cuenta que las velas benditas ahuyentan a los espíritus malignos. Las prendemos en el hogar cuando la familia atraviesa momentos difíciles que están provocados por espíritus malignos, hechiceros, almas en pena. También cuando hay presencias maléficas. Conviene tener siempre una luz encendida ante las imágenes del Sagrado Corazón y del Inmaculado Corazón de María o del santo de nuestra devoción. Las velas benditas nos procuran un ambiente de paz, de oración, de adoración. De ninguna manera es superstición o ingenuidad utilizarlas. Al contrario, es un signo de fe. En la Llama de Amor tenemos un gran respeto por este sacramental tan poderoso que la Virgen lo pide en sus enseñanzas.

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