CARTA No.306: EL INCIENSO EXORCIZADO SU USO Y EFECTOS
La jovencita Yael, de Danlí, Honduras dice: me interesan mucho los sacramentales. Por favor explíqueme el uso del incienso porque yo veo en internet que los budistas, los musulmanes y en otras religiones también lo utilizan.
Respuesta: efectivamente los perfumes son muy utilizados en el mundo oriental y de manera muy frecuente el incienso en las ceremonias religiosas. Todos los pueblos antiguos lo han utilizado en sus ritos religiosos para expresar adoración a sus deidades. Los indígenas de América utilizaban el “copal” tanto para adorar como para “hacer limpias”. En la Biblia, especialmente en los salmos, con frecuencia se habla del incienso que sube hacia Dios expresando adoración, alabanza, el amor del pueblo hacia el Señor. Los cristianos utilizamos el incienso, compuesto por diferentes resinas muy olorosas, sobre todo en la liturgia eucarística. El humo perfumado significa en primer lugar el homenaje de adoración a Dios. En la Santa Misa se inciensa el altar, las ofrendas, la cruz, al sacerdote, al pueblo y sobre todo el cuerpo y sangre de Cristo. En la práctica exorcística el incienso es ampliamente utilizado junto con los demás sacramentales.
En Ef 6,12 San Pablo dice: “Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus del mal que están en el aire”. Debemos creer en esta Palabra de Dios: los espíritus malignos “están en el aire”, nos rodean, habitan los lugares. Los demonio son como las moscas, allí donde hay suciedad espiritual (pecado) allí se establecen. Para los que tienen una mentalidad racionalista esta expresión es un absurdo. Sin embargo es verdad. Estamos rodeados por los espíritus buenos, los ángeles de Dios, pero también por los ángeles caídos.“Por eso, tomen las armas de Dios, para que puedan resistir en el día funesto, y manténganse firmes después de haber vencido todo” (Ef 6,13). Una de esas armas es el incienso exorcizado y bendecido. ¿Por qué es conveniente exorcizar y bendecir el incienso? Porque no sabemos si ese incienso ha sido consagrado a las divinidades paganas. En el comercio se encuentra incienso producido en la india y otros países donde ya desde el momento en que se fabrica se ofrece a los dioses locales. Este sacramental es muy poderoso. Los espíritus malignos detectan inmediatamente el incienso bendito y huyen. Las personas que son afectadas por espíritus malignos captan la presencia del incienso exorcizado y con frecuencia experimentan dolor de cabeza, náuseas, inquietud, se les crece el vientre a las mujeres como si estuviesen embarazadas, se sienten molestas o irritadas.
Es importante utilizar el incienso exorcizado y bendecido para mantener la habitación liberada de las presencias espirituales negativas. Cuando vamos a orar conviene antes de iniciar la oración preparar el local quemando un granito de incienso. Las velas benditas se encienden para expulsar la presencia de las “tinieblas”. Igualmente antes de dormir cuando se padecen pesadillas y mal dormir conviene incensar el cuarto, asperjar agua bendita sobre las camas, mantener una luz encendida frente a los iconos o imágenes sagradas. Son tradiciones cristianas que nos vienen desde los primeros siglos y que son muy útiles en el combate espiritual contra el mundo de las tinieblas. Debemos recordar que los sacramentales no son “mágicos”, es decir que no son “automáticos” o “supersticiones”. Su fruto depende del grado de nuestra fe. El objetivo que perseguimos al utilizar los sacramentales es crecer en la fe. Vivirla mejor, sobre todo en aquellos lugares donde no hay iglesias cercanas, donde el sacerdote no llega con frecuencia, donde no se tiene la oportunidad de recibir los sacramentos.
La familia y la casa de habitación del discípulo de Cristo es una “iglesia doméstica”. El hogar físico es como una prolongación espiritual de la Iglesia Parroquial, un “Santuario” en donde habita el Señor. Debemos cuidar con esmero la apariencia de nuestro hogar. No debe haber elementos visuales (cuadros, imágenes, estatuas, objetos, etc.) que contradigan la identidad cristiana de la familia. Nuestra casa debe “testimoniar” ante todos los que la visiten que Cristo es el Señor de la familia. Cuando no se tiene conciencia de lo que significa ser discípulo de Cristo la casa de habitación presenta grandes incongruencias y contradicciones: ausencia de los signos cristianos (crucifijo, imágenes del Sagrado Corazón, de María Santísima, de los santos…), y al contrario imágenes impúdicas, objetos paganos (Budas, ídolos, etc…), amuletos, etc. Los sacramentales nos ayudan a fortalecer nuestra fe, salud espiritual y testimonio cristiano.