último día del año 2021

Queridos amigos y hermanos:

Hoy es el último día del año 2021. Un día muy importante para todo cristiano. Debemos en primer lugar agradecer al Señor por todos los beneficios que nos ha concedido y también pedirle perdón por todas las veces que lo hemos ofendido. Es un día de acción de gracias, un día de reparación por nuestros pecados y un día de súplica por el nuevo año 2022. Los invito a ir hoy a la Iglesia a pasar un tiempo delante del Santísimo Sacramento para adorarlo, agradecerle y ofrecerle reparación por el año que termina. Y también para que el año nuevo esté lleno de grandes bendiciones para nuestros seres queridos y el mundo entero. Quiero desearles a todos Uds. devotos de la Llama de Amor un feliz año dos mil veintidós. Que emprendamos este año nuevo con gran confianza en la misericordia del Señor. Sabemos que nada sucede en nuestras vidas si Él no lo permite, y siempre que lo permite es para nuestro mayor bien. Como discípulos de Cristo llevemos al mundo el mensaje de la alegría: “Estén siempre alegres en el Señor; se lo repito, estén alegres” (Flp 4,4) nos dice San Pablo.

Nuestra alegría es Jesucristo. Que no sea este día un repaso de las tristezas que hemos vivido, sino sobre todo una celebración del amor infinito con el que Dios nos ha rodeado. Nuestra Fe en Jesucristo es la razón de nuestra felicidad. Este mundo necesita esa felicidad que brota del Corazón de Cristo Jesús. Reunámonos en familia y esperemos el año nuevo en oración de alabanza y agradecimiento a Jesús. Que esta noche no sea de juerga y de pecado. Mucha gente que no ha tenido la experiencia de Cristo dueño y Señor de nuestras vidas convertirá esta noche en falsa alegría, en ruido y borrachera. Como discípulos del Señor tomemos la decisión de abrir el nuevo año a los pies de María, Madre de Dios. Celebremos mañana la Eucaristía pidiendo a nuestra Madre, por su Inmaculado Corazón que derrame sobre toda la humanidad el “efecto de gracia de su Llama de Amor”.

El Inmaculado Corazón de María desea ardientemente que cada uno de nosotros nos convirtamos en “Cristóforos” (portadores de Cristo). Ella nos pide que el año dos mi veintidós nos entreguemos con mayor empeño en dar a conocer la gracia de su Llama de Amor. Tomemos esa decisión y recibiremos de parte suya todas las bendiciones que pedimos y muchas gracias extraordinarias que Ella tiene destinadas a quienes obedezcan sus deseos. Queridos amigos que me han acompañado durante el año dos mil veintiuno siguiendo los pasos de la Llama de Amor, les agradezco de todo corazón su fidelidad. También doy gracias muy especiales a aquellos hermanos que han sostenido mi trabajo ayudándome económicamente. Que el Señor los bendiga y sepan que cada día ofrezco la Santa Eucaristía por nuestros benefactores y sus queridas familias. Feliz Año 2022.

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