SI EL DEMONIO NO EXISTE LA LLAMA DE AMOR ES INÚTIL
La Virgen María dice a Isabel en el Diario Espiritual que Ella pone en nuestras manos “un nuevo instrumento” cuya finalidad es cegar a Satanás. Si el Demonio no existiese no tendríamos necesidad de ese “nuevo instrumento”; la Llama de Amor sería entonces una “gracia inútil” y la Virgen estaría engañándonos. Repugna pensar que la Madre de Dios pudiese jugar con nosotros o chantajearnos por el miedo al infierno. En los escritos de Isabel encontramos que Nuestra Señora viene a manifestar la angustia de su Corazón ante la indolencia de los seres humanos por la salvación de sus almas. Sus mensajes son verdaderos gemidos de dolor por la cantidad de almas “que se condenan”. El Corazón doloroso e Inmaculado de María sufre porque sus hijos se están alejando cada vez más de Dios y se están precipitando en el fuego del infierno. Esta temática se va desarrollando a lo largo de el Diario Espiritual , motivo más que suficiente para que tengamos siempre frente a nosotros la posibilidad de la eterna condenación. Si la Madre de Dios nos avisa en Fátima de manera tan dramática que los pecadores van al infierno, debemos creerlo.
Para impedir esa tragedia la Virgen obtiene la gracia de la Llama de Amor. Es tan poderosa su acción contra Satanás que éste grita de angustia frente a la intervención de María Santísima con su nuevo instrumento . Algo inaudito: Satanás “grita pidiendo auxilio”. Isabel nos relata el episodio : Es el primero de Febrero de 1961, de noche. La vidente está acostada en su cama tratando inútilmente de conciliar el sueño. Oye un tremendo zumbido en su cabeza. En medio de un humo que sube en espiral, ve a unas figuras irreconocibles que se quejan, se empujan, se tambalean y se espantan. Apareció una nueva figura enorme que con “un alarido espantoso gritó por socorro”. Es Satanás, ¡no sabe qué hacer! Su resistencia se tambalea, todas sus artimañas fallan y todas sus tentativas son vanas. “Esto duró sólo por unos minutos”. Isabel comprende que se trata del “efecto de gracia de la Llama de Amor de la Santísima Virgen sobre el Demonio. Satanás ha sido vencido. Esta gracia nueva está destinada a desbaratar los poderes del infierno. -Esta visión me agotó tanto que apenas pude librarme de su efecto” (DE 166). ¡Sobrecogedora experiencia! A través de este traumático acontecimiento la Virgen María ha querido dar una gran lección a Isabel: cómo la Llama de Amor derrota a Satanás. Isabel se da cuenta del inmenso poder que tiene el efecto de gracia de la Llama de Amor: ”ciega y derrota a Satanás y a los suyos hasta llevarlos al extremo de gritar pidiendo auxilio”.
Uno de los frutos más perniciosos del ateísmo ha sido la negación de la existencia del Demonio y del Infierno. Paradójicamente quienes caen en esta trampa son los más sometidos a la acción diabólica. Al negar su existencia no pueden captar que los males que las agobian proceden del Maligno. Cuando el hombre niega a Dios y rechaza su divina revelación cae en el desorden moral; se endiosa y pierde el sentido de la vida; no comprende el por qué del dolor y de la muerte, ni el valor de sus actos. Al negar a Dios también se niega la existencia de la conciencia moral: ya no existe ni el bien ni el mal porque cada uno se convierte en su propio juez. Ya no existe nadie a quien se tenga que rendir cuentas. No hay ni premio ni castigo. No existe ni Cielo ni infierno. Lógicamente el Demonio sale sobrando. No se puede tapar el sol con un dedo. El resultado del ateísmo ha sido una sociedad encerrada en el pecado, sin horizonte más allá de lo material, sin valores morales, sin aliciente para luchar contra el dolor y la muerte.
En los países donde el ateísmo ha reinado se han cometido las más inauditas barbaries contra la dignidad del hombre. La vida del ser humano pierde todo valor porque al negar a Dios se niega a su imagen y el hombre queda reducido a la condición de mero “animal”. Cuando la tragedia ineludible toca la puerta no queda por delante más que el suicidio. Así se puede comprender que el aborto sea hoy propugnado como un derecho y que a nivel mundial cada año haya más de setenta millones de mujeres que asesinan a sus hijos. Esto es fruto del ateísmo práctico. Estas mujeres olvidan la gran enseñanza del Evangelio: que al final de su vida serán juzgadas por el Hijo del Hombre, Soberano Rey (Mat 25,31-46).
El mensaje que María Santísima da a las familias es contundente y de inestimable valor. Es al interior de las familias que debemos llevar el combate espiritual para que el ateísmo sea expulsado de la sociedad. Cada familia debe convertirse en un Santuario en donde Dios sea amado y adorado, donde se le pueda dar gracias y pedirle los dones que necesitamos. El ateísmo no tiene futuro. Es el gran fracaso del hombre porque lo conduce a la muerte. Cada vez pierde más terreno en el mundo. Es necesario luchar contra Satanás con las armas que nos da la Fe y especialmente con la Llama de Amor de su Inmaculado Corazón. Ella asegura nuestra victoria.