Padres de familia atentos a proteger a sus hijos del mundo oculto

Los padres de familia, como pastores aguzados, deben estar atentos para proteger a sus hijos de la influencia de los espíritus malignos. Éstos van a tratar de introducirlos en el mundo de lo oculto. La oferta que el infierno está haciendo a los niños y jóvenes principalmente para que entren incautamente en este mundo demoníaco es inmensa. Se presentan como “ángeles de luz” ofreciendo algo aparentemente bonito, interesante, maravilloso. Los juegos que implican invitación a los espíritus, llamados “juegos mágicos”, como panchito panchito, andreíta andreíta, charlie charlie, la tabla “ouija”, etc. son la puerta de entrada al ocultismo. Cuántos niños y adolescentes han quedado afectados por espíritus malignos y hasta verdaderamente posesos por jugarlos. 

La Internet se ha convertido en un inmenso río revuelto donde los “pescadores” hacen su agosto atrayendo hacia las obras de las tinieblas a los más jóvenes para dejarlos desde ahora profundamente heridos en su fe y en su corazón. Las páginas web de brujas, hechiceros, santeros, espiritistas, satanistas, luciferinos, adoradores del maligno abundan con informaciones prácticas de cómo contactar a los demonios y hacer todo tipo de hechizos. Invitan a los lectores para que se unan a sus grupos. Cantidad de charlatanes que se llaman a sí mismos brujos, magos, profesores, expertos en magia negra, blanca, etc… sacerdotes y sacerdotisas ofrecen, a cambio de astronómicas sumas de dinero, “trabajos” para conseguir prosperidad, amor, salud, etc. 

Gran cantidad de jóvenes están metidos para su desgracia en estas prácticas. La única manera de protegerlos es explicarles que el mundo de los espíritus malignos existe, que es una realidad invisible pero actuante; que cuando uno acepta transar con las diversas ofertas (adivinación, visitas a videntes, lectura de las manos, horóscopos, astrología, invocación de los muertos: ouija, juegos mágicos, uso y consultas del péndulo, prácticas “parapsicologicas”, trabajos de magos, hechiceros; prácticas de santería, vudú, espiritismo, macumba, etc.) abre puertas para que los demonios, espíritus malignos, almas perdidas, brujos, los afecten y lesionen gravemente. 

El gran problema es que hasta en las escuelas se están proponiendo estas cosas como simples juegos; los compañeros de clase, los maestros, los amigos invitan a los demás condiscípulos a jugarlos. Muchos padres de familia no están bien informados, o porque no creen en la existencia del mundo demoníaco o porque piensan que son cosas inocuas, de pura diversión. Gravísimo error que se paga con muchas lágrimas. Como padres de familia católicos, deben informarse acerca de la gravedad de estas prácticas; deben unirse para protegerse y proteger a sus hijos de esta abominación que está claramente señalada en las Sagradas Escrituras. 

La Llama de Amor del Inmaculado Corazón de María nos da una gran sensibilidad para detectar la acción de las tinieblas en nuestro entorno y sobre todo nos otorga la valentía para denunciarlas, ponerlas en evidencia y rechazarlas.
La debilidad de los niños es en primer lugar su inocencia, su ignorancia, su incapacidad para discernir la malicia que se encuentra detrás de la oferta; igualmente la curiosidad que da conocer, saber y manipular las cosas maravillosas y ocultas. El demonio aprovecha de la ignorancia y la curiosidad para sembrar ciertas “semillas” que se irán desarrollando después. El niño podrá ser inocente, ignorante y curioso pero para algo tiene padres: para que éstos lo protejan; mas si los padres son ignorantes y descuidados, incrédulos y arrogantes el niño no tiene defensa. 

¿Qué sucede cuando un niño, adolescente, joven, adulto o anciano se abre al mundo de lo oculto? Es víctima de la malicia, de la mentira, del engaño y de la perversidad de los entes maléficos y maleficieros (brujos). Pueden penetrar espíritus de angustia, desesperación, inquietud, pesadillas, fracaso, ruina, suicidio, muerte, autodestrucción, auto mutilación, rebeldía y frialdad contra Dios, tristeza, rechazo de la oración, rechazo de los sacramentos, especialmente de la confesión y de la eucaristía; espíritus de rebeldía contra los padres y autoridades, agresividad, altanería, encerramiento en sí mismos, etc. etc. Cuántos niños son víctimas de ataques de miedos nocturnos, son agredidos de manera física (ahogamientos, rigidez, rasguños, golpes, voces, etc.) después de haber jugado estos juegos tan peligrosos. Si en una familia se juega con la tabla ouija o se rezan oraciones mágicas o pronuncian encantamientos, o se tienen sesiones espiritistas, o invocaciones diabólicas de cualquier tipo, o se tienen fetiches y objetos consagrados al Demonio, los espíritus malignos están presentes y perturban sea de manera espiritual, emocional o física a los habitantes. 

El cristiano debe saber todo esto porque está claramente descrito en la Palabra de Dios. Cuando la familia ora con fe y devoción la Llama de Amor, la protección del Inmaculado Corazón de María se hace presente en el hogar y desempeña un papel liberador, sanador, restaurador y defensivo que hace huir a las tinieblas. El instrumento de combate de las familias consagradas es la jaculatoria de la Llama de Amor.

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