Primer paso: Acoger la Llama de Amor

En la primera comunicación que María Santísima hace a Isabel Kindelmann le entrega la Llama de Amor. Es el 13 de Abril de 1962, Viernes de Dolores. En las págs 47 a 49 podemos leer las palabras de María. La Virgen solloza del dolor. La abundancia del pecado en el país es el motivo de tanto sufrimiento. Ella le pide ayuda a Isabel: “¡ayúdame, salvémoslo!” Acto seguido le “pone un Haz de Luz” en las manos. Es su Llama de Amor. Notemos que no se lo pone en el corazón sino “en las manos”. Le dice: “Un nuevo instrumento quisiera poner en sus manos”. “Les pido encarecidamente que lo acepten con gran comprensión porque Mi Corazón mira a mi país con aflicción”. Debemos recalcar dos cosas: primero que la Llama de Amor es un INSTRUMENTO con el cual debemos trabajar. Por eso la Virgen se lo pone en las manos, para que comprendamos la gran responsabilidad que tenemos de UTILIZARLO en la lucha contra el Príncipe de este mundo. En segundo lugar debemos ACEPTARLO con gran comprensión, es decir debemos darnos cuenta del poder que tiene este instrumento para lograr su objetivo: cegar a Satanás, derrotarlo. ACEPTARLO Y UTILIZARLO de manera consciente y perseverante para que el Instrumento cumpla su cometido. Ese instrumento debe ser transmitido a otros, no podemos enterrarlo.

Si la Llama de Amor no es comprendida como instrumento de lucha eficaz contra Satanás queda reducida a una simple devoción popular. Y ese es el peligro. No la comprenderíamos. ¿Para qué iba a darnos la Virgen María una fórmula que modifique el Rosario? ¿Acaso el Rosario tradicional no es ya suficientemente poderoso? Ella nos habla de “UN MILAGRO que convirtiéndose en un INCENDIO con su fulgor CEGARÁ A SATANÁS”. Se trata de un “FUEGO DE AMOR DE UNIÓN” que Ella alcanzó del Padre Celestial por los méritos de las Llagas de su Hijo Santísimo. También dice “la más excelente de mis gracias”. “Todos los corazones del país (del mundo) deben ser encendidos con esta Llama LLENA DE GRACIAS que de SU CORAZÓN “ Ella nos da a nosotros. Entregar la Llama de Amor es UNA MISIÓN sublime y conmovedora. No es pues algo que podamos descuidar o rechazar. Tan importante es para la Virgen María la entrega de su Llama que crea un “sacramental”:

Nos lleva en primer lugar a la Fiesta de la Candelaria en la que los fieles entran en procesión al templo llevando cirios encendidos”. El templo a oscuras representa el mundo bajo el poder de las tinieblas. El cirio encendido representa a Jesús. Los fieles llevando los cirios encendidos representan a la Iglesia que anuncia al mundo la Redención, que entrega a Jesús a aquellos que no lo conocen. De aquí saca la Virgen su ceremonia de entrega de la Llama de Amor: “Lleva dos velas, enciende primero tu pequeña vela y con su llama enciende la otra. Luego pásala a mi querido hijo….entreguen la vela encendida que han recibido en esta ceremonia unos a otros, llévenla a casa y comiencen la oración en familia con este mismo ritmo”. Por lo tanto debemos llevar la Llama de Amor a nuestra casa y pasarla a todos los miembros de nuestra familia y COMENZAR LA ORACIÓN EN FAMILIA”. Este es el punto de partida del “reguero de pólvora”. La renovación de la familia católica viene cuando se acoge de manera consciente y responsable la Llama de Amor y se inicia la oración “en familia”. Allí se da el MILAGRO de que habla María: “Yo estaré con ustedes, los inundaré con gracias muy especiales”. Esta Llama debe ser propagada “en el mundo entero”. “Quiero que conozcan la Llama de Amor de mi Corazón que hace milagros en los profundo de los corazones” (DE125). El gran problema de la Iglesia Católica es su pasividad evangelizadora. Es una Iglesia “asentada” en una “estructura tradicional” que reduce el deber de evangelización a los funcionarios (sacerdotes) y ha dejado a los laicos en una actitud de indiferencia ante la gran responsabilidad de anunciar la salvación al mundo entero. La inmensa mayoría de las familias católicas está en una situación de “crisis espiritual” profunda. Son “católicos” por costumbre o por “tradición” pero no viven intensamente los elementos fundamentales de la FE. En el Diario Espiritual se pone en evidencia las “quejas” de Nuestro Señor a este respecto. Queda claro que el primer objetivo de la Virgen es RENOVAR LA FAMILIA CATÓLICA desde sus raíces. La Llama de Amor va a salvar al mundo entero según la Virgen María. Este tesoro debe darse a conocer a las familias ortodoxas y protestantes y a las familias no cristianas. La jaculatoria dice: “Derrama el efecto de gracia de tu Llama de Amor sobre TODA LA HUMANIDAD”. Como católicos debemos entregar la Llama de Amor a todos sin excepción: católicos y no católicos. Tenemos que confiar en las palabras de María: “Entren en la batalla, los vencedores seremos nosotros. Mi Llama de Amor cegará a Satanás en la misma medida en que ustedes la propaguen en el mundo entro” (DE125). El primer paso es llevar la Llama de Amor el interior de nuestra propia familia y desde allí entregarla a todas las que podamos. Así se dará la “efusión de gracia” que incendiará al mundo.

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