Cristo a venido a destruir las obras de Satanás en el interior de la Familia

La Devoción a la Llama de Amor no es simplemente rezar el Rosario y hacer un Cenáculo de Oración. El propósito de este mensaje de María Santísima es que junto a Ella combatamos al Demonio en nuestra propia persona, en nuestra familia y más allá de nuestra familia hasta los confines de la Humanidad. De nada sirve decir que “amamos a la Virgen” si no llevamos adelante sus propósitos ni ponemos en práctica sus enseñanzas. El objetivo de la Virgen es nuestra salvación. La restauración de la familia católica es el punto de partida del Plan de Nuestra Señora para que se “derrame el efecto de gracia sobre toda la Humanidad”. Si la familia católica se vuelve “insípida”, como dice la parábola, ¿para qué sirve? De hecho las familias católicas lo dice la Virgen a Isabel (DE133) “están MUY FRÍAS”. Esta situación de FRIALDAD ESPIRITUAL constituye para María un gran dolor porque “las almas se están perdiendo”. Esos dolores torturan su Corazón de Madre y el Corazón de su Santo Hijo (DE133).

Hay un terrible propósito que el Príncipe de este mundo y “sus servidores” tratan de llevar adelante con todas sus fuerzas: la descristianización de la Iglesia. Debemos tomar muy en serio las advertencias de San Pablo (Ef 6,10-20): “Revístanse con toda la armadura de Dios para que puedan estar firmes contra las insidias del diablo, porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes (gobernantes) de este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales de maldad en las regiones celestes”.El grandísimo problema es que la inmensa mayoría de las familias católicas (y no digamos las demás) no están conscientes de este Plan demoníaco. La Virgen viene a abrirnos los ojos para que entendamos que el desastre que agobia a la Familia es producto de una “reingeniería social” promovida sistemáticamente por los “poderes políticos” que están gobernando el mundo. La manera de contrarrestar exitosamente esta labor satánica es convertir la gracia de la Llama de Amor en un “reguero de pólvora que inflame a toda la humanidad” para “cegar a Satanás” tal como lo pide la Virgen (DE48).

Eso depende en gran parte de nosotros y en especial de los padres de familia católicos. Es una MISIÓN que la Virgen nos da, en particular a las madres de familia. La lucha de la Mujer del Génesis y del Apocalipsis (Gn 3,15; Apoc 12) contra la Serpiente y el Dragón se debe dar en el interior de cada familia católica. “Oh las familias destrozadas nos dice María repara y sufre por ellas”. “Satanás con fuerza rabiosa quiere destrozar las familias”(DE 123-124). Todos en cada familia católica debemos “ponernos la coraza” (Ef 6,10-16) y combatir al enemigo en el interior del hogar. La Virgen tiene su método para lograrlo. Hay que aprender ese método y aplicarlo sistemáticamente a la vida personal, a la vida familiar y a la vida social. Está explicado en el Diario Espiritual. En primer lugar hay que CREER FIRMEMENTE EN ELLA (DE47-51). Tomar muy en serio sus enseñanzas, ponerlas en práctica. Es voluntad de Dios que se extienda en el mundo la Devoción a su Inmaculado Corazón porque es el Instrumento a través del cual el Señor salvará a la Humanidad. En la Medalla Milagrosa se ve cómo la Serpiente que muerde al globo terráqueo es aplastada por el pie de la Virgen. Cantidad de familias que se dicen católicas son en realidad “familias paganas”, “familias en las que Cristo no Reina”.

Se contentan con una devoción mariana superficial y no pasan al compromiso del “combate espiritual”. La Virgen se queja de esto: “¡Ayúdenme! Satanás está barriendo vertiginosamente las almas. ¿Por qué no se esfuerzan ustedes en impedirlo con todas sus fuerzas y a la mayor brevedad posible? Mi alma se consume de dolor porque tengo que mirar cómo se condenan muchas almas” (DE 64-65). Es indispensable que aprendamos a ver (discernir) la acción de Satanás en nuestra vida personal, familiar y social para que podamos luchar contra ella. Si no lo hacemos somos como ciegos que nos vamos tropezando a cada momento con los obstáculos del camino. Jesús le dice a Isabel: “”¡Cuidado, hija mía! Renuncia enteramente a ti misma. Entrégate enteramente a Mí. Sabes lo mucho que me preocupa a fin de que nada malo te pase a ti. …¡Cuídate! El maligno quiere penetrar desapercibidamente en tu alma y como un animal de rapiña chupar las fuerzas de tu alma”(DE 65-66). San Pedro nos advierte (1Pe 5,8) que el Demonio como un león rugiente da vueltas en torno a nosotros buscando cómo devorarnos. Hay infinidad de padres de familia católicos que están ciegos y no se dan cuenta de que su familia está siendo “devorada” espiritualmente por el león. El primer fruto de la Llama de Amor es “abrirnos los ojos” para que podamos ver, distinguir, la acción del maligno en el interior del hogar. El segundo fruto es el cegamiento del maligno y la victoria contra el Enemigo.

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