La Llama de Amor y Rosa Mística hablan a los consagrados (III)
Estas dos intervenciones celestes tienen como objetivo la renovación espiritual de la Iglesia. La Llama de Amor está específicamente dirigida a la transformación de los hogares en “Santuarios Familiares”. La Rosa Mística pretende la santificación de los religiosos y sacerdotes. Las familias están “destrozadas” por la acción diabólica, nos dice Isabel Kindelmann (vidente Llama de Amor). Satanás quiere reinar en los hogares. Después del Concilio Vaticano II muchísimos Consagrados a Dios, con los votos religiosos y gran cantidad de sacerdotes, han experimentado un inmenso desánimo. En este período más de doscientas mil religiosas y alrededor de cien mil sacerdotes han perdido su vocación. Por otro lado las vocaciones han disminuido hasta tal punto que en ciertos lugares de antigua cristiandad los seminarios y noviciados están casi vacíos. Esto representa para la iglesia una verdadera tragedia porque cantidad de fieles se ven privados de la asistencia espiritual que necesitan para su salvación eterna.
Para que haya vocaciones se necesitan familias santas. Para que haya familias santas se necesitan muchos sacerdotes y religiosos santos. Los mensajes dados a Isabel Kindelmann y a Pierina Gilli son profecías para la Iglesia de hoy y marcan el camino de la solución de la crisis espiritual que está viviendo por doquier la humanidad y especialmente los cristianos. A la raíz de esta situación está la acción diabólica.
Es notorio que en la vida de las dos mensajeras, Isabel y Pierina, el Demonio se haga presente con una fuerza extraordinaria. Esta característica no es casual. Hay una verdadera intencionalidad de parte del Cielo para que todos, y especialmente los Pastores, tomemos conciencia de la existencia real del mundo preternatural demoníaco y de su repugnante propósito de herir y si es posible destruir a la Iglesia.
Ambos mensajes (Llama de Amor y Rosa Mística) buscan que el pueblo de Dios reaccione con celeridad y gran energía para enfrentarse al ataque del infierno contra la familia y los consagrados.
El tema de la acción diabólica en la vida de Isabel Kindelmann está descrito en numerosos párrafos del Diario Espiritual de la Llama de Amor. Estos ataques son en su gran mayoría de tipo espiritual. En el caso de Pierina Gilli los ataques diabólicos son en su gran mayoría de tipo físico: ella ve al demonio, es golpeada y atormentada físicamente durante un período de tiempo previo a las apariciones de la Santísima Virgen. A lo largo de su vida experimentará también la persecución de parte de sacerdotes y personas piadosas inspiradas por los espíritus malignos.
Isabel y Pierina son dos almas víctimas, escogidas por Dios para participar de una manera extraordinaria de los sufrimientos de Cristo, en orden a la salvación de las almas. Dios nos enseña a través de ellas cómo el Demonio teme la oración, la penitencia y el sufrimiento unidos a la pasión de Cristo porque destruyen su plan de condenación eterna de las almas.
Pierina se ofrece a sufrir por los religiosos y sacerdotes atacados por las tentaciones demoníacas. Durante dos meses experimentará lo que pasa en el alma de una religiosa que vive en pecado mortal: Comienza a sentir rechazo y odio por las personas, especialmente por su confesor; aversión por las prácticas de piedad y especialmente por la sagrada comunión; entra en un estado de desesperación y no tiene las fuerzas para reaccionar. Todo le parece una falsedad. Jesús deja de existir para ella y se siente abandonada por Dios. Los sufrimientos “de mi alma fueron indescriptibles”, narra en su Diario.
En las págs. 44 a 53 de su Diario, Pierina describe los ataques diabólicos que sufre. Impresiona sobre todo la visita al infierno en la que ve a las almas condenadas de religiosos que han muerto en pecado mortal. En medio de esas llamas están muchas almas de sacerdotes, y aún de obispos o Papas, que la virgen llama “sacerdotes Judas” porque han traicionado su vocación sacerdotal.
Una voz le dice (a Pierina Gilli): “Es necesario hacer penitencia para impedir que las almas vayan al infierno”.
La Devoción a María Rosa Mística tiene por principal objetivo la conversión, salvación y santificación de los religiosos y sacerdotes. La Santísima Virgen le dice a Pierina en la aparición de 13 de Julio de 1947: “Nuestro Señor me envía para llevar una nueva devoción mariana a todos los Institutos y Congregaciones religiosas, masculinas y femeninas y también para los Sacerdotes seculares”. …”Prometo a aquellos Institutos religiosos o Congregaciones, que más me honrarán que serán protegidos por Mí, tendrán mayor florecimiento de vocaciones y menos vocaciones traicionadas, menos almas que ofendan al Señor con el pecado grave, y gran santidad en los ministros de Dios”.
Tanto a Isabel Kindelmann como a Pierina la Virgen María pide grandes sacrificios y oración intensa por la conversión de los religiosos y sacerdotes. Estas dos devociones: la Llama de Amor y Rosa Mística están íntimamente relacionadas en sus fines y en sus medios.