El Combate Espiritual y la Llama de Amor
El Mensaje de la Llama de Amor del Inmaculado Corazón de María viene a poner en evidencia una de las verdades de Fe que ha sido opacada por la visión racionalista y materialista que ha invadido el mundo moderno: la existencia del demonio y del mundo de las tinieblas.
Hoy no se cree en la existencia del Demonio. En ciertos ambientes se rechaza con soberbia y con burla toda la enseñanza tradicional que la Iglesia, apoyada por la Palabra de Dios, nos ha dado sobre el mundo de los Espíritus Malignos y la condenación eterna. El infierno es considerado un mito creado por los hombres. La Palabra de Dios es interpretada de manera alegórica y se habla de que el “infierno esta en la tierra”, que más allá de la muerte no hay infierno ni condenación eterna.
La Virgen María sale al paso de esta herejía, poniendo en claro que es una verdad de Fe divina y católica, revelada por Dios en las Sagradas Escrituras. El demonio existe. Es una criatura de Dios. Se trata de un ángel caído, creado bueno por Dios, pero por su propia voluntad se rebeló injustamente contra el Señor. La consecuencia de esa rebelión fue la perdida del cielo y la precipitación en los infiernos eternos. Desde entonces satanás, junto a sus ángeles, busca arrastrar al mayor número posible de seres humanos a la condenación eterna. Para eso busca por todos los medios que el hombre rechace al Señor por el pecado, se aparte de Él, y se hunda en las tinieblas del error.
El ser humano puede liberarse del ataque diabólico solamente con la Gracia de Dios. La misión de Jesucristo, el Hijo de Dios Vivo, es destruir las obras del Diablo. Por su sangre preciosa hemos sido redimidos del pecado de Adán y de la muerte eterna. Por sus Llagas, nuestros pecados personales han sido lavados y hemos recibido el Don del Espíritu Santo.
En el Génesis, 3, 15 y en el Apocalipsis capítulo 12, la Palabra de Dios proclama a María Santísima como el instrumento privilegiado de Dios en la destrucción del poder de las tinieblas.