CARTA No.123: Ivannia Cecilia, de Colombia dice:

Nací en una familia católica a su manera; cuando tenía siete años mis padres se separaron. Fui a vivir con mi abuelita. Ella era católica pero se volvió evangélica. Rompió todas las imágenes de la Virgen. Me dijo que la Virgen era el diablo porque era un ídolo, que sólo Cristo salva. Que no le tuviera devoción porque eso era pecado. Así crecí en ese ambiente de rechazo a la Virgen. Ahora tengo veinticinco años. Sin embargo nunca dejé de amar a la Virgen en lo profundo de mi corazón. Estoy conociendo la Llama de Amor. Me siento feliz de volver a ser católica.

Respuesta: felicidades Ivannia Cecilia porque “regresaste a tu casa”. Lástima por tu abuelita. Tristemente eso pasa mucho actualmente en nuestros países latinoamericanos. Hay un gran proselitismo de parte de grupos “evangélicos” que con la Biblia en la mano “demuestran” a los católicos mal instruidos, que la Iglesia Católica los ha engañado. Yo también conozco a personas que antes amaban a la Virgen María y que de tanto frecuentar a “misioneros evangélicos” terminaron rompiendo las imágenes y lo que es peor, rechazando a la Madre Santísima de Dios. Eso es precisamente un ejemplo de la “acción diabólica”: la confusión del pensamiento. Hay quienes le tienen horror al diablo porque les mueven la cama, se abren y
cierran las puertas, oyen ruidos en su casa, pasos, cadenas, etc. La verdadera y más peligrosa acción de Satanás va dirigida contra la inteligencia, es decir, contra las facultades que nos permiten conocer la Verdad. La característica fundamental del Demonio consiste en SER LA MENTIRA. El Demonio no es mentiroso sino que ES en sí mismo la mentira, el error, la falsedad.

Debemos amar a los hermanos evangélicos porque el mismo Evangelio nos dice que debemos amar a todos nuestros semejantes y especialmente a aquellos que creen en Jesucristo pero que miran a la Iglesia católica como “enemiga”. La Iglesia Católica no hace proselitismo, no andamos de casa en casa convenciendo a la gente para que “se haga católica”. Jesucristo nos llama a creer en Él con una fe perfecta. Cuando conocemos a Jesucristo la dinámica del Espíritu Santo nos lleva a la plenitud de la Verdad. Es interesante saber que el abuelo de Isabel Kindelmann era un pastor protestante furibundo contra los católicos. Desheredó y repudió al hijo porque se casó con una católica, la mamá de Isabel. El papá de Isabel se volvió voluntariamente católico. Sentimos mucha tristeza cuando oímos a los cristianos que se llaman “evangélicos” o “protestantes” hablar mal de la Virgen María y enseñan a los niños y personas mal instruidas a rechazar a la Madre de Dios. ¡Pobrecitos! A Jesús también lo llamaron instrumento del demonio, endemoniado. ¿Habrá alguien que ame más a la Virgen que Jesús? Jesús ES LA VERDAD. Él no podría aceptar el menor error.

Si María fuera el diablo, o si fuera pecado amarla, Jesús mismo hubiera rechazado a su Madre. Sería un terrible absurdo pensar que Dios pudiese escoger a una mujer por madre para rechazarla después. Jesús nos amó tanto que agonizando en la cruz nos la entregó como nuestra propia Madre espiritual. El más grande amor de Jesús es su Madre. ¿Qué debemos hacer frente al proselitismo de lo grupos evangélicos? En primer lugar orar intensamente para que las familias sean protegidas de los errores protestantes. La Llama de Amor protege a las familias que la acogen. El Demonio no puede resistir la presencia del Inmaculado Corazón en una familia. Orar por los hermanos evangélicos para que el Señor ilumine su mente. Tenemos que evangelizar a los “evangélicos” ayudándoles a conocer a María, la Madre de Dios, y la Eucaristía, Jesús vivo en medio de nosotros. La Iglesia Católica debe renovarse evangelizando intensamente a los bautizados, que lo son sólo de nombre, pero que no viven su bautismo. Católico ignorante, futuro protestante.

Debemos estudiar bien la Biblia, cosa que la mayor parte de los católicos no lo hacen. El gran pecado que los católicos estamos cometiendo es el de la indolencia, la pasividad en el campo de la evangelización. La Virgen lo denuncia en el Diario Espiritual. La Devoción a la Llama de Amor nos impulsa a evangelizar con el poder de la Inmaculada Concepción. La más grande y poderosa evangelizadora es la Virgen. Ella es nuestro modelo y nuestra Maestra. Nadie conoce mejor y ama más a su Hijo que Ella. Nadie ama más a la Iglesia, a la humanidad, que Ella. Los protestantes son nuestros hermanos; son profundamente amados por María. Ellos no la conocen. Porque no la conocen no la comprenden, ni la aman, ni la veneran, ni la invocan. Los pobres no se dan cuenta de que no existe un camino mejor, más perfecto, que el Corazón de María para llegar a conocer y amar a su Hijo.

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