CARTA No.120: Muriel de México sigue preguntando

Muriel de México sigue preguntando: “Ud dice que la mejor defensa contra el Demonio y los suyos es vivir en gracia de Dios. La Llama de Amor protege, sana y libera del mundo diabólico a quienes viven de acuerdo a sus enseñanzas”. ¿Podría explicarme esto?

Respuesta: A mi manera de ver el Diario Espiritual da mucha más importancia al estilo de vida que a las oraciones de liberación y de sanación que buscamos afanosamente cuando nos sentimos afectados por la acción de los espíritus malignos. Todas las personas y todas las familias en mayor o menor grado experimentan los ataques del mundo de la oscuridad. Esto es ineludible. Si leemos el Diario desde el principio al fin vemos claramente que Satanás se acerca a Isabel de diversas maneras para amedrentarla, perturbarla, ponerla en contra de Jesús, alejarla de su vocación. Eso nos pasa a todos. Hay personas que cuando sufren estos “ataques” desgraciadamente se van a buscar ayuda de los “brujos”, “espiritistas”, “santeros”, etc. En vez de recibir solución a su problema resultan muchísimo más afectadas. Estas personas no tienen fe, no creen en el Señor, aunque vayan a misa y recen. Son víctimas de la ignorancia. No conocen la Palabra de Dios que prohíbe todas esas cosas nefastas. Están ciegas. Otras, que sí tienen una vida de fe activa, cuando comprenden que están siendo atacadas por la acción de brujos, hechiceros, etc. o experimentan la acción de almas, o son víctimas de problemas espirituales etc. se angustian y desasosiegan. Buscan afanosamente oraciones de liberación, de sanación.

En este caso están procediendo bien porque están buscando en el lugar y forma correctas. Sin embargo el problema está cuando no comprenden que la raíz profunda de la liberación y de la sanación sea física o espiritual está en el grado de la relación íntima que tenemos con Jesucristo. Las oraciones de liberación, de sanación, el uso de los sacramentales, etc. son muy útiles. Debemos utilizarlas, pero hay que tener en cuenta que es más útil y eficaz, en primer lugar, cerrar todas las “puertas” a través de las cuales el enemigo maligno nos puede perturbar. Hay que renunciar al pecado. En segundo lugar debemos poner nuestro esfuerzo en crecer espiritualmente utilizando los medios de santificación que la Iglesia pone a nuestro alcance. Algo parecido sucede cuando estamos siendo atacados por alguna enfermedad. El médico nos dice: levante su sistema inmunológico, lleve una vida ordenada, deje los vicios, aliméntese bien, haga ejercicio, tome vitaminas, siga mi tratamiento con fidelidad, etc. Si tomásemos solamente antibióticos y no lleváramos una vida ordenada ni nos alimentásemos correctamente nuestro cuerpo y alma arrastrarían durante mucho tiempo la enfermedad.

En la vida de Isabel vemos que el “diálogo” con Jesús es fundamental. Vive prácticamente en continua oración interior con Jesús y María. Su relación íntima con la Virgen es la de la discípula con la Maestra. Se deja corregir y pone en práctica las enseñanzas. Lleva los enormes sufrimientos de su alma en unión con Jesucristo. Es fortalecida regularmente con los sacramentos de la confesión de los pecados y la eucaristía. Ayuna de una manera rigurosa y hace penitencia. El Señor le pide profundo arrepentimiento de sus pecados y la renuncia a todo aquello que puede distraerla de su vocación. Le pide constantemente reparación por sus pecados. Isabel se apoya en una dirección espiritual permanente. Ora todos los días en familia con sus hijos, especialmente el Rosario de la Llama de Amor. Participa en la vida parroquial de manera regular. Su fe es católica, en comunión con el Párroco, el Obispo y el Papa. Todo esto no impide que el Maligno la ataque, la ofenda, la tiente horriblemente (DE 22-11-1962).

Lo que quiero decir es que la gracia de la Llama de Amor nos lleva a la victoria contra Satanás con la condición de que pongamos el orden cristiano en nuestra vida personal y familiar. La misma vida, según las enseñanzas del Diario, se convierte en un permanente estado de lucha contra el enemigo maligno. La Llama de Amor es algo así como una permanente oración de liberación en la cual la jaculatoria es el “instrumento” eficaz que ciega constantemente al Demonio. Esto no se opone a las oraciones de sanación y liberación que podemos recibir de manera puntual. En el interior del hogar los padres de familia pueden con toda sabiduría y libertad ejercer su ministerio de liberación y sanación con todos los recursos que estén a su alcance. Creo que esta gracia extraordinaria de la Llama de Amor viene a auxiliar de manera muy efectiva a los padres y madres de familia en el proceso de santificación de su hogar.

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