CARTA No.89: ¿Por qué dice Ud. que la gente no cree en la existencia de Satanás? Ud. dice en la carta 87: “Por más que el Demonio se manifiesta abiertamente, estas personas no lo ven, no lo entienden, no lo captan, no se dan cuenta de que el Demonio está actuando en sus vidas y a través de ellos”. ¿No cree que exagera?

Carlos, de México: ¿Por qué dice Ud. que la gente no cree en la existencia de Satanás? Ud. dice en la carta 87: “Por más que el Demonio se manifiesta abiertamente, estas personas no lo ven, no lo entienden, no lo captan, no se dan cuenta de que el Demonio está actuando en sus vidas y a través de ellos”. ¿No cree que exagera?

Respuesta: Creo que no exagero, más bien me quedo corto. Las personas tienen una idea folklórica del “Diablo”. Lo ven desde afuera pero sin comprenderlo. Pasa con Satanás lo que dice Ezequiel: “tienen ojos para ver y no ven, oídos para oír y no oyen, porque son una casa rebelde (Ez 12:2) “. Como se ignora la Palabra de Dios y se ha perdido la Fe, el Demonio o Satanás pasa a ser un elemento de las tradiciones populares, sin ninguna relación con la enseñanza de Jesús en los Evangelios o de las Epístolas de los Apóstoles. Se habla del diablo o de los diablos como jugando. Alguien que no tiene realmente importancia en nuestras vidas. Esta actitud hacia el Demonio es llevada a su extremo cuando las exégesis de ciertos biblistas renombrados llegan prácticamente a negar su existencia. Hasta los relatos que nos dan los exorcistas acerca de las manifestaciones diabólicas sirven para alimentar la “curiosidad” pero no se pasa más allá de lo externo. Para colmo las ciencias de la conducta consideran esas manifestaciones como expresiones patólógicas del subconsciente. La ciencia niega la existencia de un mundo preternatural y sobrenatural. Hablar hoy de la existencia de Satanás y del infierno es exponerse al ridículo, a la burla de los “sabios” de este mundo. Cuando estudiamos el Diario Espiritual vemos que Satanás aparece en la mitad de las páginas de una u otra manera. La visión que nos da del Demonio es muy diferente a la popular.

El príncipe de este mundo tiene un inmenso poder sobre la Tierra y su habitantes. Aparece en el Diario como el tentador, el engañador, el que veja a Isabel y se burla de ella. Trata de apartarla de su vocación. Busca por todos los medios llevarla a la infidelidad. El Demonio se burla de Jesús. Adula a Isabel y le propone un camino “mundano”. Asalta su mente con pensamientos terribles. Enturbia su capacidad de pensar. Es capaz de obsesionarla y confundirla. La lleva a la incertidumbre a la terrible oscuridad interior. La molesta continuamente. Oprime sin cesar su alma. La tortura. Influye en sus pensamientos provocando en ella una sensación terrible. Suscita un gran miedo en su interior. La amenaza con poseerla. La inmoviliza. En una ocasión Isabel no puede moverse en lo más mínimo. Como no puede doblegar la voluntad de Isabel trata de convencerla con argumentos halagadores. Irrumpe sobre su alma tratando de dominarla. Le ocasiona grandes sufrimientos. La acción de Satanás barre vertiginosamente a las almas. Las arrastra. El Demonio entra en rabia salvaje contra las almas. Trabaja con todo su empeño para condenarlas. Continuamente ronda en torno a Isabel. La presiona para que no piense en la Eucaristía. Le produce gran angustia en el corazón. Satanás está en todas partes, no hay lugar inaccesible para él. Promueve divisiones en la familia. Perturba la paz. La llama del infierno promueve destrucciones. No deja pasar la luz divina en las almas. Crea oscuridad. Produce desorden espiritual.

La fuerza de Satanás es devastadora. Influye en las personas para que se opongan a Isabel. Emprende contra los hombres una lucha tal como no la hubo antes. Turba el pensamiento de Isabel proponiéndole tentaciones asquerosas. Si el Señor lo hubiera permitido Satanás habría hecho añicos a Isabel en un segundo. El Diario nos presenta al Demonio actuando en el interior de las personas. Tratando de corromperlas y apartarlas de Jesucristo. Lo importante es la salvación de las almas. Frente a una sociedad superficial que se dedica solamente a la felicidad material y efímera la Llama de Amor viene a abrirnos los ojos. Nos dice que Satanás es algo totalmente diferente a lo que pensamos. Es el mal esencial. Su principal objetivo es cegar nuestros ojos para que no veamos la realidad del mundo espiritual. Es el engañador por excelencia y en esto consiste su peligrosidad. Nos engaña. El mundo está cegado por la acción diabólica. Los cristianos somos la luz del mundo. Debemos levantar a Jesucristo frente a las naciones para que el mundo crea y se salve. Habría muchísimo que decir sobre la acción satánica a partir de las enseñanzas del Diario Espiritual y es lo que tratamos de hacer. Creo que el principal problema en la iglesia es que no se capta la acción diabólica y no se le da a este tema la importancia que merece.

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