¿Por qué debemos consagrar y entronizar a Jesucristo como Rey y Señor de los hogares?

En todas las épocas Dios sitúa, como faros para la lglesia y la humanidad, almas santas que con su vida y sus mensajes iluminan nuestros corazones. Otra de esas mensajeras, que es necesario conocer para comprender mejor el mensaje de Isabel Kindelmann, es ROSALÍA CELAK (Polonia 1901-1944).

¿Quién es Rosalía? Una laica. Desde niña experimentó en su alma cómo María Santísima la conducía hacia el Reinado de Jesús en su corazón. Antes de hacer su primera comunión tuvo su primera experiencia mística. Jesús le habló  y la invitó a amar Su Corazón. A los dieciséis años cayó en cama gravemente enferma. Fue sanada por la Santísima Virgen. Descubrió entonces cómo el sufrimiento conduce a la santidad y que ésta consiste en amar a Dios y al prójimo. A los 19 años entró en, lo que San Juan de la Cruz llama, “la noche oscura”. Ésta duró seis años. Estos sufrimientos eran “mil veces más dolorosos que la muerte“, dice Rosalía. Su alma era constantemente atormentada. Se sintió separada de Nuestro Señor; experimentó una oscuridad tan profunda que a cada momento le parecía que su alma caía en el infernal precipicio.

En 1925 en una de las visiones del infierno sus sufrimientos llegaron al extremo. Parecía que estaba en los tormentos de la agonía. Se sentía envuelta por horrible oscuridad y por espíritus satánicos que reían y gritaban  repitiendo: “Esta es la hora de la perdición. Hoy todo terminó para ti”. Sintió que su cuerpo se estaba quemando. Cuando recuperó la conciencia sintió que había pasado del infierno al cielo. Desde entonces recibió la gracia de sentir en su alma la presencia de Dios. A los veintitrés años entró como enfermera en el hospital. Le tocó cuidar a prostitutas enfermas. Descubrió allí un mundo infernal de violencia y de blasfemias horrorosas contra Dios. Durante cuatro años aguantó ese mundo de odio y de bajeza. Quiso entrar en la Vida Religiosa. Su confesor la dirigió al convento de Santa Clara en Cracovia pero al entrar oyó en su corazón: “Este no es un lugar para ti. La voluntad de Dios para ti es otra“. Dejó el convento al cabo de dos meses y retornó al hospital en el departamento dedicado a las enfermedades venéreas.

La Virgen María la guiaba espiritualmente. La condujo a la comunión completa con el Corazón de Jesús. El Señor le reveló que el camino para salvar este mundo moralmente corrompido, lleno de maldad y crueldad: era entronizar oficial y públicamente  a Jesucristo como Rey y Señor de Polonia y de cada nación. Las autoridades del Estado y de la Iglesia deberían proclamarlo como Rey de Polonia. En cada país se debería hacer lo mismo. “El Señor Jesús quiere ser nuestro Rey, el Señor y al mismo tiempo el Padre más amoroso”. “…esta es Su Voluntad”. En esa época se vivía un tiempo muy incierto. Hitler quería conquistar Europa. “Si Polonia quiere salvarse a sí misma, debe proclamar a Jesús como su Rey por medio del Acto de Entronización“. Si la petición del Señor no es escuchada Polonia será castigada por sus grandes y numerosos pecados. Especialmente por los pecados contra la castidad y la vida humana. “Polonia se puede salvar si Yo soy proclamado como su Rey y Señor por medio de la entronización”. “Polonia solo puede ser salvada  por Mí”.

Jesús le pide a Rosalia que trabaje con todas sus fuerzas para lograr que las autoridades religiosas y civiles respondan al llamado de la entronización. En Julio de 1938 Rosalía tuvo otra visión profética. Una voz le dijo: “Dios enviará un terrible castigo por los pecados y crímenes cometidos por la gente en todo el mundo. …Sólo se salvarán los países en los que Cristo reine. Si quieren que el mundo se salve se debe celebrar la entronización…en todos los países y naciones alrededor del mundo. Los países y naciones que no reconozcan esta necesidad y no se sometan al dulce reino de amor de Jesús desaparecerán de la faz de la tierra para siempre. … Recuerda, hija, algo tan importante no debe ser puesto a un lado u olvidado. La entronización debe llevarse a cabo en Polonia”. “Los países bajo el reinado de Cristo y sujetos al poder de su Sagrado Corazón llegarán a ser muy poderosos y habrá un sólo rebaño y un sólo pastor”. No se escuchó la petición del Corazón de Jesús y Polonia al igual que otros países de Europa sufrieron los terribles desastres de la Segunda Guerra Mundial.

En el Diario Espiritual de la Llama de Amor la Consagración de la familia al Corazón de Jesús y su entronización en el hogar, es la finalidad de la Llama de Amor: es decir el Santuario Familiar. Toda familia católica debería consagrarse a los Corazones de Jesús y de María y lógicamente entronizar sus imágenes en el centro de la casa.  Como respuesta a este gesto tan importante el Señor concede gracias y bendiciones extraordinarias que ayudarán a la familia a sobrepasar todas las dificultades y conservar La Paz y la felicidad. Para salvar a las familias hay que Consagrar y Entronizar a Jesucristo como Rey y Señor de los hogares. No es simplemente una ceremonia sino que debe ser un permanente empeño de todos para que Cristo reine en los hogares. Esa es la finalidad de la Llama de Amor.

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