Matrimonios en crisis: ¿qué está fallando y cómo podemos orar a la Virgen María para su sanación y restauración.

Cada pareja de esposos debería analizar la calidad cristiana de su matrimonio y familia que está edificando. No olvidemos que al final de nuestra vida seremos juzgados. Las palabras del Credo son contundentes: “…vendrá a juzgar a vivos y muertos”. ¡Jesucristo nos va a juzgar! Será un juicio de amor, pero justo.  La Iglesia nos recuerda constantemente  esta verdad de fe para ayudarnos a tomar esta vida en serio. 

Cuando Jesucristo es el Señor de nuestras vidas dependemos de Él. Cuando nos consideramos dueños de nuestras vidas entonces dependemos ilusoriamente de nuestra propia voluntad y aplicamos este paradigma a la familia. Hacemos un matrimonio y una familia a nuestra medida, no a la medida de Cristo. Lo primero que deben preguntarse los bautizados es si están edificando su familia “según Jesucristo”. 

Hay una falla radical en infinidad de familias que se dicen cristianas. No están unidas por el Sacramento del matrimonio. No tienen el auxilio de la Gracia divina “propia de este sacramento” que  hace de dos personas UNA SOLA EN CRISTO y aporta los medios para lograr ese objetivo. Muchísimos bautizados están solamente “juntados” (concubinato), o “solamente casados por la ley civil”, que es lo mismo. Es tal la crisis actual del matrimonio que muchos jóvenes “no quieren casarse por la Iglesia”. De niños han vivido tragedias en el seno de sus hogares y han quedado con “repulsión” a todo lo que signifique compromiso. Piensan ingenuamente que serán más felices en unión libre que “atados” hasta que la muerte los separe. Sin embargo la realidad es que TOMAR EL MATRIMONIO EN SERIO es garantía de éxito y de felicidad. 

Un buen ingeniero cuando construye un gran edificio no se va a arriesgar. Va a lo seguro. Pone todo de su parte para que su edificio no se derrumbe.  No hace “ensayos”. Sabe que su dinero, su reputación, su futuro como profesional y hasta su libertad, dependen de la solidez de su construcción. El fracaso en el matrimonio de los católicos viene de que no se lo toma en serio y de que no se utilizan los medios que Dios da a los cónyuges para que tengan éxito y sean felices. Se piensa: “si nos va bien continuamos y si nos va mal nos separamos”. 

El Movimiento de la Llama de Amor está llamado a transformar las familias desde el interior por medio del “nuevo instrumento” que la Virgen nos da: el efecto de gracia. Hay que descubrir el poder de transformación de los corazones que tiene la intervención de la Virgen en los matrimonios y en las familias.
Es increíble la cantidad de parejas que están en “crisis”; la cantidad de “corazones destrozados” que viven juntos sin amarse o amándose mal; no nos podemos imaginar los sufrimientos que esconden las paredes de las casas.  Todo eso porque los esposos no toman los medios sencillos y al alcance de la mano para destruir el poder de los “principados y potestades satánicos” que acechan la unidad y fidelidad matrimonial. 

El Diario Espiritual de la Llama de Amor del Inmaculado Corazón de María lo dice constantemente. Satanás quiere destruir las familias. Esto parece una fábula medieval.  Nadie toma en serio las palabras de la Virgen. Detrás de cada pareja está en marcha un plan destructor concebido y llevado a cabo por “inteligencias espirituales malignas”. Cada familia tiene sus demonios asignados para destruirla. Para neutralizarlos hay que enfrentarlos con la Fe. La Virgen nos dice: “hay que cegar a Satanás”.  ¿Cómo se lo ciega?  “Orando juntos”. ¿Y cómo debemos orar?: invocando la asistencia de la Virgen María sobre ellos. Pidiéndole que ciegue a Satanás. Que someta a los espíritus malignos que atacan el amor, la fidelidad, el entendimiento, la paz, la capacidad de perdonarse, la ternura, la fe, la piedad, etc.  Para destruir la relación entre los cónyuges. Se utiliza como arma eficaz la jaculatoria de la Llama de Amor. Repitiéndola juntos muchas veces, o rezando juntos el rosario con la jaculatoria. 

“DERRAMA EL EFECTO DE GRACIA DE TU LLAMA DE AMOR SOBRE TODA LA HUMANIDAD” 

El secreto está en “orar juntos” (Donde dos o más se reúnen en mi Nombre allí estoy Yo en medio de ellos). Así se inicia el proceso de cegamiento de los espíritus malignos en el interior de la pareja y de la familia. Este  “proceso” permanente de lucha irá con toda certeza volviendo ciego a Satanás, impidiéndole ver y actuar. La pareja comenzará a experimentar a partir de este momento la acción de María Santísima. Es indispensable orar juntos  para obtener el triunfo de cada día. 

El examen de conciencia en pareja es el método que permitirá a los esposos descubrir qué espíritus malignos los están atacando. Quien mejor te conoce es tu pareja. Quien mejor puede ayudarte a discernir qué demonios te atacan es tu cónyuge. ¿Quién puede orar con mayor autoridad contra los demonios que aquel o aquella con quien eres una sola carne por el sacramento?  Es dese todo punto de vista indispensable que los cónyuges aprendan a orar por la liberación de los ataques diabólicos que los perturban. A eso nos lleva la Llama de Amor: a utilizar la jaculatoria como el instrumento privilegiado de la Virgen para liberar a los miembros de nuestra propia familia.

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