Solo Cristo Salva: no Virgen María, no Santos, no Iglesia (VIII)
Uno de los puntos fundamentales de la teología luterana es: “SÓLO CRISTO SALVA”. Tengamos en cuenta de que eso es doctrina católica: Cristo es el único Salvador, el único Mediador entre Dios y los hombres (1 Tim 2,5). La Epístola a los Hebreos nos habla de Cristo Sumo Sacerdote único Mediador de la Nueva Alianza. La Iglesia Católica siempre ha proclamado esta verdad de Fe. No existe otro Nombre fuera de Jesucristo por el que podamos ser salvados (Hechos 4,12).(1 Tim 2,5).
Lutero no está diciendo aparentemente nada en contra de la doctrina de la Iglesia Católica. Sin embargo esta expresión encierra una doble intención. Cuando los protestantes dicen SÓLO CRISTO SALVA, además de proclamar a Jesucristo como el único Salvador, están rechazando a la Virgen María, a los Santos y a la Iglesia. Están rechazando cualquier esfuerzo que nosotros podamos hacer para lograr nuestra salvación eterna: los méritos de las buenas obras que podamos hacer, la intercesión que nuestros hermanos en la Fe puedan hacer por nosotros en esta vida y en la otra, etc.
DIVISIÓN Y CONFUSIÓN PROTESTANTE
La postura luterana es excluyente. Esta idea única y absoluta es fruto de los diversos errores teológicos de Lutero: la Sola Escritura, la Sola Fe, el subjetivismo en la interpretación de la Palabra de Dios, la Justificación “externa” por los méritos de Cristo, el rechazo de la herencia teológica que viene desde los primeros tiempos de la Iglesia, etc.
La postura católica por el contrario es incluyente. Cuando los católicos decimos “SÓLO CRISTO SALVA” hablamos de que Cristo es Cabeza y Cuerpo. Él es nuestra Cabeza, nosotros somos su Cuerpo”. Somos una sola cosa con Cristo Jesús: “Ya no soy yo quien vivo, es Cristo quien vive en mí”(Gal. 2,20). Cristo y su Iglesia son inseparables. La Iglesia proclama que Cristo es el UNICO SALVADOR, pero también reconoce que por el bautismo recibimos el carácter sacerdotal de Jesucristo y somos configurados con Él. Cuando Jesús se ofrece al Padre en el Sacrificio del Calvario somos una sola cosa con Él. Y si nuestros actos tienen algún mérito es porque estando íntimamente unidos a Cristo participamos de sus méritos: la Mediación de Cristo en vez de rechazarnos hace que seamos también nosotros “mediadores en el Mediador”.
La historia teológica del protestantismo es una inmensa confusión en la que los teólogos se oponen unos contra otros en una Fe permanentemente agónica; siempre combatiéndose y dando permanentemente origen a innumerables sectas que dependen del teólogo preferido. Y el problema es que todos dicen tener la verdadera interpretación de la Palabra de Dios. Esto porque Lutero y sus seguidores rechazaron el Magisterio del Papa y la Tradición.
ISABEL KINDELMANN MODELO DEL ALMA CRISTIANA
Cuando ingresamos en el pensamiento del DIARIO ESPIRITUAL DE LA LLAMA DE AMOR, encontramos la auténtica interpretación del SOLO CRISTO SALVA. Desde la primera hasta la última página Jesús es el único Salvador, pero es el Salvador que nos invita a unirnos íntimamente a Él en su Sacrificio Expiatorio de la Cruz.
Isabel Kindelmann es uno de los más bellos modelos del alma cristiana que responde desde su debilidad, desde su impotencia, desde su miseria a esta invitación del Redentor. Jesús une a Isabel a sus sufrimientos de una manera extraordinaria. En Isabel no hay ningún mérito propio, ningún valor redentor que provenga de ella misma. Todo en Isabel proviene de Cristo. Cristo premia su humildad, su obediencia, su sacrificio, haciendo que sus “méritos” sirvan para la salvación de los pecadores.
LA MEDIACIÓN DE CRISTO (Y LA VIRGEN MARÍA)
En la doctrina del Diario Espiritual todo encaja perfectamente con el pensamiento del Nuevo Testamento y la Tradición: Cristo es el único Mediador. La Mediación de Cristo es una mediación “incluyente”: hace de nosotros verdaderos mediadores en el Mediador en la medida en que nosotros aceptamos ser UNO CON CRISTO JESÚS. La Virgen María aparece como la mediadora y corredentora por su perfectísima unión a la voluntad salvífica del Padre. Íntimamente unida a su Hijo, María habla y actúa como auténtica protagonista en el combate espiritual contra Satanás. Ella habla de SU Llama de Amor; Ella proclama que “cegará a Satanás”, Ella “pone en nuestras manos un nuevo instrumento”.
Jesús y María aparecen tan íntimamente unidos que prácticamente lo que dice Jesús es lo dice María, como si se tratase de una sola voluntad. Lo más impactante es la llamada de Jesús (29-2-1964) …”Para mi obra salvadora tengo gran necesidad de ustedes”. Significa que si SÓLO CRISTO SALVA Él quiere que nosotros participemos en su obra redentora siendo una sola cosa con Él.
El Diario espiritual es un camino que nos lleva a vivir plenamente la Fe Católica y todas sus implicaciones en la vida de cada día. La oración que Jesús da a Isabel: “Que nuestros pies vayan juntos…” es el resumen de todo el Diario y la explicación del SÓLO CRISTO.
Tomado del Libro: Diario Espiritual Llama de Amor del Inmaculado Corazón de María (1961-1981) (Con Aprobación Eclesiástica)
Autora: Isabel Kindelmann – Budapest, Hungría
Y me rogó el Dulce Redentor que rezara junto con Él la oración que expresa Sus anhelos:
Jesús.
“Que nuestros pies vayan juntos,
que nuestras manos recojan unidas,
que nuestros corazones latan al unísono,
que nuestro interior sienta lo mismo,
que el pensamiento de nuestras mentes sea uno,
que nuestros oídos escuchen juntos el silencio,
que nuestras miradas se compenetren profundamente
fundiéndose la una en la otra,
y que nuestros labios supliquen juntos
al ETERNO PADRE, para alcanzar Misericordia.”
Esta oración la hice completamente mía. La meditó Él tantas veces junto conmigo: aseverando que estos son Sus eternos anhelos. Me enseñó esta oración a fin de que yo la enseñe a los demás. Hagamos nuestros Sus eternos pensamientos, Sus deseos, con todas nuestras fuerzas y con todas nuestras mentes.
El Salvador después de pedir esto, todavía añadió:
Jesucristo.-
“Esta oración es un instrumento en sus manos porque colaborando de esta manera Conmigo, Satanás también por ello se quedará ciego y por su ceguera las almas no serán inducidas al pecado.”