Lutero rompe con la autoridad del Papa (II)
Uno de los puntos más emblemáticos de la actual crisis de identidad en la Iglesia es el deterioro del sentido de la Autoridad. Podemos decir que es la raíz de toda la crisis. Es notable que, en el Diario Espiritual de la Llama de Amor (DE), el día 3-09-1962, la Santísima Virgen le dice a Isabel: “Comunica mi deseo a tu guía espiritual, que a su vez haga llegar mi Causa al primer Obispo del País, y luego al Romano Pontífice, Vicario de mi Santo Hijo en la tierra. Tiempo de gracia como éste no ha habido en la tierra desde que el Verbo se hizo Carne. El cegar a Satanás es algo que conmoverá́ al mundo”.
En distintos pasajes del DE vemos cómo Isabel es enviada a quien representa a Jesucristo: en la comunidad parroquial, en la Diócesis, en la Iglesia Universal. Si vamos al Nuevo Testamento nos encontramos con numerosos textos en los cuales los Apóstoles ejercen en la primitiva Iglesia la autoridad en el Nombre del Señor. El verdadero discípulo de Cristo está claro de eso: Jesús glorificado es la Cabeza invisible de la Iglesia; pero nombra a Pedro como su Vicario a quien da su propia autoridad.
Tú eres Pedro y sobre esta Piedra edificaré mi Iglesia, las puertas del infierno no prevalecerán sobre ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos. – Mt. 16, 13:20
En toda la historia de la Iglesia, el principio de autoridad del Magisterio de los Papas y Obispos, ha sido la piedra clave de la Unidad. Esa es la misión del Sumo Pontífice: presidir la unidad de la Iglesia en la Fe y la Caridad. El Papa habla en Nombre de Cristo. El verdadero discípulo del Señor está en comunión con aquel que lo representa.
La Virgen María reafirma la autoridad de la Iglesia
¿Qué nos está diciendo la Virgen cuando pide a Isabel que vaya a la Jerarquía a presentar la gracia de la Llama de Amor? Que aunque su mensaje sea auténtico y verdadero, la Autoridad de la Iglesia debe avalarlo. De hecho Isabel recorrió el camino que la Virgen le indicó: fue al Párroco, a los sacerdotes, al Obispo y al Papa. Isabel tuvo que afrontar muchas dificultades, humillaciones y sufrimientos pero al final el Obispo acogió el mensaje.
La crisis se da en la Iglesia cuando los fieles no reciben las enseñanzas y directrices del Papa y de los Obispos. En estos últimos tiempos se ha extendido por todo el mundo la mentalidad que glorifica la desobediencia como algo positivo y beneficioso. Al hacer a un lado la enseñanza de la Iglesia se cae en graves pecados. Por ejemplo en el interior de las familias se viven perversiones de todo tipo, el uso de anticonceptivos, el aborto, la aceptación y tolerancia de relaciones homosexuales, divorcio, adulterio, sacrilegios eucarísticos, injusticias sociales, etc.
Se cae en el subjetivismo moral: “es bueno lo que yo creo que es bueno; no es pecado lo que yo creo que no es pecado”.Satanás quiere reinar en los hogares
En el DE la Virgen nos dice que Satanás quiere destruir las familias, que con una gran rabia las está destrozando, que él quiere reinar en los hogares. El demonio entra en las familias y las destruye cuando se hace a un lado la enseñanza dogmática y moral del Vicario de Cristo. Desgraciadamente en éstos últimos tiempos cantidad de católicos están confundidos: escuchan a los falsos maestros y no siguen a los verdaderos pastores.
La Virgen María quiere llevar a las familias a recuperar la verdadera identidad católica. Ese es el gran fruto de la Llama de Amor en el interior de los hogares y de la Iglesia. No podemos ser católicos a medias pues entonces no seríamos verdaderos cristianos. Lutero en su soberbia rompió la comunión con el Papa y la consecuencia no se hizo esperar: la unidad de la Iglesia saltó en mil pedazos. Hoy son innumerables las sectas, hijas de Lutero. En vez de un Papa hay miles de “papitas” que manejan cada uno su “iglesita” a su modo y antojo.