PONER EN PRÁCTICA LAS ENSEÑANZAS DEL DIARIO ESPIRITUAL

C) Para comprender el mensaje del Diario Espiritual es necesario tener en cuenta la convulsionada época histórica en que fue escrito y la espiritualidad de Isabel. Su vida se desarrolla dentro de los parámetros de una Hungría de gran tradición católica sometida a las terribles circunstancias de las dos guerras mundiales y de la opresión comunista. El Mensaje y la Gracia de la Llama de Amor están dirigidos a todos los seres humanos sin excepción: sean católicos, ortodoxos, protestantes, creyentes musulmanes, no-bautizados, indiferentes, incrédulos, ateos, enemigos de la Iglesia, etc. A la humanidad entera, porque todos los hombres y mujeres del mundo somos víctimas de la acción de Satanás y necesitamos del auxilio divino para vencerlo. La divina Providencia tiene sus Planes y sus Caminos para llevar a la salvación a todos aquellos que acojan sus requerimientos. En el designio divino para estos últimos tiempos el Inmaculado Corazón de María desempeña un papel de primera importancia. Para llegar al corazón sufriente del hombre de hoy, el Señor nos da el Corazón dolorido de su Madre. 

En el Diario Espiritual el primer Maestro y Protagonista es Jesús, pero está tan íntimamente unido a su Madre, que ambos hablan el mismo lenguaje y persiguen el mismo objetivo por los mismos caminos y enseñanzas. María nos lleva a su Hijo. Los Corazones de Jesús y de María son en realidad un sólo y mismo Corazón. La Llama de Amor en su itinerario salvífico parte de la madre de una familia que vive de manera mediocre los valores católicos. La Virgen la califica de “familia fría” como hay tantas en Hungría (DE 171). La Llama debe ir avanzando de corazón a corazón, de boca en boca; como un “reguero de pólvora” debe ir pasando de familia en familia para encenderlas en el fuego del amor a Dios hasta “incendiar” la Iglesia entera. Ese “milagro” no se quedará en la Iglesia Católica sino que seguirá su camino llegando a las familias Ortodoxas, Protestantes y No cristianas. Es la Humanidad entera la que experimentará la gran profecía que Maria Santísima hace a Isabel Kindelmann de su victoria sobre Satanás. 

La Virgen dice que su Llama se extenderá suavemente, discretamente, sin levantar ruido, sin causar problemas, pero que llegará un momento en que se expandirá de manera vertiginosa para convertir a la Iglesia y al mundo entero en un grandioso incendio que cegará a Satanás y desbaratará el poder del Demonio sobre el mundo. Estamos llamados a participar intensamente en ese proceso. El principal enemigo de la Llama de Amor es el Demonio quien dándose cuenta de la tremenda amenaza que representa para su reino, va a atacar despiadadamente a Isabel y a todos aquellos que se esfuercen en propagarla (DE 65,66, 227). Paradójicamente esta gracia va a encontrar numerosos adversarios en aquellos mismos que deberían promoverla sistemáticamente: sacerdotes y personas religiosas. Para proteger a los suyos la Virgen María los acompañará en ese combate y los fortalecerá, haciendo grandes milagros para el triunfo de su Llama de Amor. Esos prodigios se darán sobre todo en el interior de las personas: los corazones se convertirán con sorprendente rapidez y facilidad (DE 93-94).Ese será el gran milagro del Inmaculado Corazón de María. Ella restaurará la identidad de la actual “familia católica”, tradicionalmente pasiva, para transformarla en ardiente evangelizadora 
La Virgen no nos presenta un programa detallado de todo lo que hay que hacer (DE 233-234). No es necesario ni conveniente. 

La libertad del Espíritu Santo que conduce a cada alma y a cada hogar según su propia vocación personal queda asegurada. Jesús y María solamente van señalando aquellos elementos que son fundamentales en lo que debe ser la vida espiritual de la familia católica. Esos puntos son aquellos que debemos cultivar con propiedad para irlos estableciendo en nuestros hogares. El Diario no entra en detalles, pero lógicamente todo católico ha de referirse a las enseñanzas del Magisterio para perfeccionar su identidad católica. Este proceso acelerado de transformación de la Iglesia y del mundo no se hará por los medios humanos (psicológicos, sociológicos, mercadeo televisivo, etc.) sino con el poder de la Cruz de Cristo (DE 94). A la luz de este Misterio Central del cristianismo llegamos a comprender algo que sorprende a muchos lectores del Diario: la importancia extraordinaria que en la vida de Isabel tiene el “sufrimiento”. Esto se ha olvidado hoy: que el “Poder” evangelizador de la Iglesia está en la participación de sus miembros en los dolores de Cristo. 

La Iglesia es Víctima con Cristo en la Cruz, y cada católico debe “llevar su Cruz” con plena conciencia de su valor. La fuerza de la Iglesia no está “en el exterior”, “en lo que se ve”, sino en la Santidad de las familias. Por eso la santidad de vida en el interior de la familia es lo primordial, lo que da sentido a la familia católica entregada a “vivir su consagración”. Satanás busca por todos los medios infiltrar a la familia católica con la “mentalidad del mundo” para contaminarla con el pecado y neutralizar así su capacidad evangelizadora (DE 123). Es de capital importancia que obedezcamos las indicaciones que el Inmaculado Corazón de María nos da para que se puedan transformar las familias católicas en transmisoras de la Llama de Amor y el profetizado “incendio” del mundo entero se realice.

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