LA CONVERSIÓN DE LA FAMILIA CON LA LLAMA DE AMOR

Acoger en una familia el “efecto de gracia de la Llama de Amor” significa iniciar un proceso de conversión de todos sus miembros. Es un camino de transformación de los corazones guiado por la acción de María Santísima. Como dice Grignion de Montfort es María la que forma a Jesús en nosotros. Eso mismo hace en aquellos hogares que la reciben conscientemente como Madre de la Llama de Amor que es Cristo. Debemos tener muy en cuenta que no es una nueva devoción que haga competencia a otras devociones, sino que se trata de un NUEVO INSTRUMENTO PARA EL COMBATE ESPIRITUAL. Como Madre de la Iglesia la Santísima Virgen, por voluntad de Dios, interviene en el proceso de la salvación de cada ser humano y de cada familia. Ante todo lo hace por su poderosísima intercesión,obteniendo las gracias que necesitamos para que el Reino de Dios se establezca en nuestros hogares. 

Lo hace también por medio de todas las intervenciones (apariciones y mensajes) extraordinarios que Dios nos envía a través de Ella. Hay una total coherencia entre la acción mística (Misteriosa) de la Madre de Dios y el “real desarrollo de la historia del mundo sea antiguo, sea moderno, sea futuro”. Hay un tremendísimo combate entre la Mujer y el Dragón del cual mucha gente no está consciente. Cada familia tiene su propia “historia de la salvación” y es indispensable que sus miembros lo asuman de manera lúcida y llena de empeño para que se dé el combate y sea victorioso. 

Muchísimas familias no están conscientes de su historia. No conocen a sus ancestros. No saben su genealogía. No combaten contra Satanás y llevan una historia de horribles derrotas que atraviesan los siglos. Son familias en las que reina el pecado generación en generación se van transmitiendo las consecuencias de ese pecado no digo que se va transmitiendo el pecado, NO sino, las consecuencias que generan los pecados en las personas, en la situación social de la familia, en la situación económica, en la situación psíquica : El Esoterismo, hechicería, idolatría, espiritismo, odio, división, pleitos, inmoralidades de todo tipo, adulterio, promiscuidad, prostitución, homosexualidad, aborto, alcoholismo, robo, impiedad, ateísmo, frialdad para con Dios, asesinatos, tráfico de drogas y de personas, injusticias flagrantes, codicia del dinero, voluntad de poder, etc. etc todo eso tiene consecuencias sobre los descendientes . El pecado tiene enormes consecuencias en el interior de las familias. Produce cadenas ancestrales. En estos hogares el mal ha llegado a tener tal “ciudadanía” que sus miembros ni siquiera se dan cuenta de que viven en pecado y consideran su estilo de vida como “normal”. Si vamos más allá, la Virgen habla al mundo para que los seres humanos se den cuenta de que algo gravísimo está pasando y que nos afecta a todos. 

La mayoría de las personas no toman conciencia de lo que María denuncia en sus apariciones como ataque diabólico sin precedente a la humanidad entera. El maligno se ha apoderado de la política mundial y a través de sus agentes genera el mal en todas las dimensiones a nivel universal. La solución de este problema está en la conversión de cada familia y su entrada en el Reino de Dios. Jesús nos dice: el Reino de Dios está en medio de ustedes, en sus corazones. Según la lógica de la Virgen si cada familia se convierte, se convierte el mundo: es la “reacción en cadena” que Ella está promoviendo. 

El instrumento de conversión de las familias (y de todos) es “el efecto de gracia de la Llama de Amor”: cuya finalidad es cegar a Satanás de raíz. Debemos aprender a utilizar la gracia que María nos ofrece en el interior de la familia para ir cegando los ojos de los demonios que atacan a cada uno de sus miembros. El combate espiritual del que nos habla San Pablo debe ser trasladado al interior de cada hogar: “Revístanse con toda la armadura de Dios para que puedan estar firmes contra las insidias del diablo. Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes (gobernantes) de este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales de maldad en las regiones celestes. 

Por tanto, tomen toda la armadura de Dios, para que puedan resistir en el día malo, y habiéndolo hecho todo, estar firmes. Estén, pues, firmes, ceñida su cintura con la verdad, revestidos con la coraza de la justicia, y calzados los pies con la disposición para anunciar el evangelio de la paz. Sobre todo, tomen el escudo de la fe con el que podrán apagar todos los dardos encendidos del maligno. Tomen también el casco de la salvación y la espada del Espíritu que es la palabra de Dios. Con toda oración y súplica oren en todo tiempo en el Espíritu, y así, velen con toda perseverancia y súplica por todos los santos (Ef 6.10–18). Este es el programa de la Llama de Amor. ¿Como lo podemos poner en práctica en familia? Quienes deben llevar adelante el programa de María son los padres de familia.

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