Isabel Kindelmann profeta de los últimos tiempos (I)
En el Antiguo Testamento Dios se sirvió de almas escogidas a las que dio la misión de anunciar su Palabra y hechos venideros de gran importancia para la Historia de la Salvación. Los llamamos profetas. En hebreo se llaman Nabí que significa “el que ve”. Aquel que ha tenido una experiencia personal con Dios y nos trae un mensaje en Su Nombre.
En la Iglesia Católica el ministerio de profecía es ejercido de diversas maneras. En primer lugar por el Magisterio de la Iglesia, (Papa y Obispos), teólogos, predicadores, evangelizadores, catequistas. Ellos anuncian la Palabra de Dios. También el Señor distribuye el carisma de profecía entre numerosos fieles sacerdotes, religiosos, laicos que con su vida, experiencias místicas y sus palabras nos dan mensajes de parte del Cielo. Entre los profetas modernos Isabel Kindelmann trae un mensaje de gran importancia que ilumina los “últimos tiempos” del mundo y de la Iglesia.
En la página 172 del Diario Espiritual encontramos una reflexión de Isabel que, relacionada con varios otros textos, nos da luces para comprender mejor la Llama de Amor y su incidencia en la historia actual y por venir de la Iglesia. El título de este párrafo nos dice:
LA TIERRA PASARÁ POR UNA GRAN SACUDIDA, PERO LUEGO SUCEDERÁ UN TIEMPO DE GRACIA CASI COMPARABLE AL PRIMER PENTECOSTÉS…QUE INUNDARÁ LA TIERRA…POR EL EFECTO DE GRACIA DE LA LLAMA DE AMOR DE LA SANTISIMA VIRGEN. Estamos en Marzo de 1963.
Dice Isabel: …”Entre tanto (NSJC) me habló mucho acerca del tiempo de gracia, y del Espíritu de Amor, que será muy parecido al primer Pentecostés, que inundará con fuerza la Tierra; y éste será el gran milagro que llamará la atención a toda la humanidad. Todo esto es la efusión del efecto de gracia de la Llama de Amor de la Sma. Virgen”.
“La Tierra, que se está oscureciendo a causa de la falta de fe en el alma de la humanidad, pasará por una gran sacudida. Después creerán, esa sacudida a través de la fuerza de la fe, creará un mundo nuevo. Por medio de la Llama de Amor de la Santísima Virgen, la fe echará raíces en las almas y se renovará la faz de la Tierra, porque “…algo semejante no sucedió todavía desde que el Verbo se encarnó”. La renovación de la Tierra inundada por sufrimientos, se realizará, por el poder de intercesión de la Santísima Virgen.
Estas palabras de Isabel, traen ecos de otras fuentes. Jesús en el Evangelio (Mt 24,4-14; 29-44) nos dice que en los últimos tiempos, la fe se enfriará y las guerras, terremotos, inundaciones etc. serán como signos de que el final se acerca. San Pablo (2Tim.3,1) nos habla de que en los últimos días sobrevendrán momentos difíciles; “los hombres serán egoístas, avaros, …rebeldes…ingratos…irreligiosos…etc”. “El Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe entregándose a espíritus engañadores y a doctrinas diabólicas…” (1 Tim 3,1).
Son numerosos los pasajes de la Escritura que nos ponen en guardia y alerta sobre estos tiempos difíciles. Si vamos más allá de la Palabra de Dios escrita, en numerosas apariciones de Nuestra Señora hay llamadas a la conversión: Lourdes, La Salette, Fátima, Medjugorje, etc. y la puesta en guardia contra las consecuencias de nuestros pecados: castigos reparadores. No faltan en otros ámbitos voces que se levantan anunciando grandes catástrofes apocalípticas que provocan miedo, desesperación y desconcierto.
El Diario Espiritual nos transmite serenidad y paz a pesar de que pone en evidencia la gravedad de la situación actual de la Iglesia y del mundo. En el texto de la pág. 172 encontramos dos polos: a) Una gran sacudida y b) un tiempo de gracia que renovará la Tierra como si fuese un Nuevo Pentecostés. Estos dos puntos recorren todo el Diario como una melodía: van explicando el “por qué” y el “para qué” de la Llama de Amor.
¿Por qué la Santísima Virgen interviene ante el Padre Celestial para solicitar una Gracia extraordinaria que Ella designa como la “Llama de Amor de su Inmaculado Corazón”? ¿Para qué sirve esa Gracia?
La respuesta de María es que la tierra se ha oscurecido por la falta de fe y que la explicación de este oscurecimiento es el “odio satánico” que contamina el mundo (pág. 120). La llama de odio de Satanás incendia la tierra con fuerza devastadora (pág. 82-83) para cegar las almas y no dejar pasar la luz divina. Satanás emprende una lucha tal contra los hombres como no la hubo nunca antes (pág. 88). Busca que se condene el mayor número posible de almas (pág. 120). Los desórdenes del mundo tienen su origen en Satanás y es su obra (pág. 83). Con fuerza rabiosa quiere destrozar las familias (pág. 118). Para Satanás no hay lugar inaccesible (pág. 79). Es el maligno el que perturba la paz de las familias (pág. 81). Las familias en Hungría están desgarradas viven como si su alma no fuera inmortal (p85).
Con estos textos el Diario nos abre los ojos sobre la raíz invisible del mal que nos está aquejando. María presenta la solución al angustioso momento que estamos viviendo: el “efecto de gracia” de su Llama de Amor.