CARTA No.18: ¿Cómo sabemos que María ha encendido la Llama de Amor en nuestros corazones?
Pregunta María Dolores de Bogotá, Colombia
Respuesta/ No es fácil dar una respuesta sencilla a una pregunta tan sencilla. Desde que somos bautizados el Espíritu Santo actúa en el fondo de nuestras almas. Nos conduce en su divina providencia al conocimiento y amor a Jesucristo.
Desde el momento en que creemos en y amamos a Jesucristo está ya encendida en nuestros corazones la Llama de Amor, porque Jesús es la Llama de Amor. En verdad, antes que María, es el Espíritu Santo el que enciende la Llama de Amor en nuestros corazones. Sin embargo, si recurrimos al pensamiento de San Maximiliano Kolbe nos damos cuenta de que existe tal unión entre el Espíritu Santo y la Inmaculada Madre de Dios que todas las gracias pasan a través de Ella. Nos dice el mártir de Auschwitch:
“Esta unión, sin embargo, es tan inefable y perfecta que el Espíritu Santo actúa únicamente a través de la Inmaculada, su Esposa. Por consiguiente, Ella es la Mediadora de todas las gracias del Espíritu Santo. Dado que cada gracia es un don de Dios Padre por medio del Hijo y del Espíritu Santo, no existe gracia que no pertenezca a la Inmaculada, ofrecida a Ella, a su libre disposición”. (cfr. “La Inmaculada revela al Espíritu Santo” pág 25, Jean François Villepelée, Pbr. Ediciones P. Lethielleux, 1974, Paris, Francia, (traducido al castellano por la Unión Lumen Dei. España, 2006) buscar en Google.
Según esta manera de enfocar el problema podemos pensar que todo bautizado ya tiene la Llama de Amor del Inmaculado Corazón de María desde que recibió el Sacramento. Sin embargo no en todos esta gracia se desarrolla de manera notable. En muchos se pierde, se ahoga, en otros queda en rescoldo, esperando que el viento del Espíritu Santo sople para reanimarla. Esta acción conjunta del Espíritu Santo y de María se desarrolla en cada alma que no pone obstáculo en una Devoción a la Madre de Dios marcada por diversas particularidades. La Llama de Amor es una especialidad en medio de las tantísimas gracias en que la Devoción Mariana se manifiesta. No todas las personas devotas de María Santísima están llamadas a vivir la gracia de la Llama de Amor tal como le fue revelada a Isabel Kindelmann. La Devoción Mariana es como un maravilloso diamante que tiene innumerables destellos.
Todos ellos contribuyen a la gloria de la Madre de Dios. Nos damos cuenta de que Nuestra Señora enciende en nuestros corazones la gracia de su Llama de Amor como instrumento cuando comprendemos su urgencia para el mundo de hoy y experimentamos la necesidad de pasarla a otros. Las hogueras tienen diferente intensidad. Unas son simple llama, otras crecen a medida controlable y otras se convierten en inmensos incendios. Si Jesús es el que ciega los ojos de Satanás, allí donde Él está presente, lo cegará, es decir lo vencerá. Para un mundo cristiano en el que las familias están en la peor crisis de Fe de la historia la gracia de la Llama de Amor es el Don oportuno que María Santísima ha obtenido de la Trinidad para renovar los hogares heridos por la incredulidad. Todos los que amamos de manera especial a María Santísima debemos pedirle que nos otorgue la gracia de la Llama de Amor para que nuestra devoción no sea sólo afectiva sino combativa contra el Enemigo de nuestra salvación.