LA LLAMA DE AMOR Y EL MUNDO DEMONÍACO
La gracia y el mensaje que el Inmaculado Corazón de María da la Iglesia y al mundo por medio de la devoción a la LLAMA DE AMOR es de extraordinaria importancia y actualidad. La Madre de Dios y Madre de la Iglesia viene a recordarnos que por designio de Dios Ella es su instrumento para aplastar la cabeza de Satanás el príncipe de este mundo (Ef 2,2; Ap 12,1-12). Conviene que conozcamos en la medida de lo posible quiénes son y cómo actúan los demonios para que podamos colaborar con la Virgen María en la victoria de su Hijo. Debemos ir al Catecismo de la Iglesia Católica y estudiar los números relativos a las palabras DEMONIO-DIABLO-SATÁN-INFIERNO-REDENCIÓN-SALVACIÓN. En estos párrafos tenemos lo esencial de la Palabra de Dios y de la doctrina de la Iglesia acerca de este tema tan importante. Los “demonólogos” son aquellos que estudian de manera especial este campo de la teología. Quienes deseen profundizar este misterio deberían acudir a sus enseñanzas. Por lo que respecta al mensaje de la Llama de Amor nos ceñimos a lo esencial.
En el Diario Espiritual aproximadamente en el cincuenta por ciento de sus páginas hay alguna alusión directa o indirecta a Satanás o a su acción. Con esto valoramos la importancia del tema para la Virgen María. Aunque conocemos los nombres de muchos demonios, sea porque aparecen en las Sagradas Escrituras o en la práctica de los exorcismos, la Virgen solamente nombra a uno: SATANÁS. Ella concentra en este ser infernal la acción específica de todos los demás porque le están sujetos. Él es el Jefe despótico (Ap 12,9; 20,20), Él da las órdenes a todos. Cegando a Satanás, se ciegan los demás. Todas las enseñanzas que la Virgen nos da en el Diario Espiritual tienen ese objetivo: cegarlo, volverlo incapaz de ver y por lo tanto de dar órdenes a los suyos para que nos ataquen. María nos revela que las perturbaciones que sufrimos tanto individualmente como familiarmente y socialmente tienen su origen en la acción extraordinaria de Satanás, quien en estos últimos tiempos quiere reinar en las familias.
Su objetivo es destruirlas y así destruir la Iglesia. Por lo tanto el esfuerzo mayor que se debe hacer en la pastoral en general y de manera especial en la familiar tiene que concentrarse en el cegamiento del Demonio. Para lograrlo el Diario tiene multitud de enseñanzas que se deben ir poniendo en práctica. La más importante por su sentido práctico es la repetición incesante de la jaculatoria “DERRAMA EL EFECTO DE GRACIA DE LA LLAMA DE AMOR SOBRE TODA LA HUMANIDAD” y en primer lugar durante el rezo diario del Santo Rosario en familia. El Demonio se va quedando ciego. El Diario nos invita a profundizar por otros medios (meditación de las Sagradas Escrituras, lecturas especializadas, devociones, enseñanzas de exorcistas, etc.) este campo del combate espiritual en la vida cristiana.
Lo más importante en la Llama de Amor no es el Demonio, sino el acercamiento a la Persona divina de Jesús, el crecimiento en Cristo Jesús. La Virgen da un mensaje de esperanza: Ella vencerá a Satanás. Esta profecía nos lleva a tener confianza en medio de los terrible embates que está soportando la Iglesia. Actualmente hay demasiada información alarmista que circula en las redes sociales católicas y cristianas sobre los poderes demoníacos. Catastróficas profecías sumergen en la angustia a muchísimas almas devotas. Todo eso genera dudas demoledoras en multitud de personas. El mensaje de la Virgen en su Llama de Amor, por el contrario, nos llena de fortaleza y serenidad. No hay que angustiarse. Ella aplastará la cabeza de Satanás. Cristo triunfará sobre el infierno.
La Iglesia saldrá victoriosa. La Virgen nos da las armas para combatir con éxito al Demonio. Ella pide que lo combatamos con su Llama de Amor. Nos invita a participar con Ella en los sufrimientos de su Hijo en la Cruz sin desfallecer ni dudar. Nuestro combate contra Satanás es el combate de Cristo Jesús y por lo tanto es doloroso pero victorioso. Del mismo modo como Cristo y María sufrieron en el calvario así los cristianos debemos participar en la Pasión para poder resucitar al tercer día. Satanás no es un ser todopoderoso, rival de Jesucristo y una amenaza para Dios.
Es una simple criatura totalmente sometida a la voluntad divina. Cristo lo ha vencido por su Sangre preciosa. No hay que tenerle miedo por más fuerza, poderes y astucias de que disponga. El reino de Dios debe establecerse en cada alma. La victoria se juega en el corazón de cada persona. Satanás triunfa cuando las almas rechazan a Jesús; el Señor triunfa cuando acogemos a Cristo y ponemos en práctica su Palabra. Nos toca a nosotros evangelizar, anunciar a cada persona y a cada familia el instrumento privilegiado que Dios da a la humanidad en la Llama de Amor del Corazón Inmaculado de María. Ella lo ha dicho en Fátima: “al final mi Corazón Inmaculado triunfará”. No hay motivo para desesperar.