CARTA No.202: Olga, de ciudad México, pregunta:

¿Qué es lo más importante para que la familia esté protegida de la acción diabólica? Vivo en una barriada popular. Aquí todo mundo practica brujería, creen en los hechiceros, se hacen limpias y también van a la Iglesia a Misa y comulgan y todo. Para mí eso es malo. ¿Qué puedo hacer para proteger a mi familia?

Respuesta: Está Ud. poniendo el dedo en la llaga. La Biblia constantemente nos habla de las infidelidades de Israel a la Alianza con Dios. Los profetas llaman “adulterio” al pecado de idolatría. Tanto el Exodo como el Deuteronomio fustigan con grandes amenazas las prácticas mágicas del pueblo de Israel. Los profetas no cesan de denunciarlas y atribuyen los grandes castigos que sufre el pueblo de Dios a tantas infidelidades. En la actualidad la tentación es la misma. Los bautizados en Cristo se sienten atraídos a las prácticas de hechicería y muchos, por ignorancia y falta de fe, sucumben. Nacen en ese ambiente de santería, de vudú, de espiritismo, de adivinos, de hechicería, de magia, de resabios del paganismo y ven completamente natural mezclar las prácticas de brujería con las prácticas religiosas del cristianismo. La realidad es que quienes hacen eso no están verdaderamente evangelizados. Ignoran el contenido de la fe católica. No han optado realmente por Jesucristo. No son en verdad cristianos. Son bautizados pero no evangelizados. No han comprendido que solamente hay un Salvador, Jesucristo, Nuestro Señor.

Los desdichados buscan la salvación fuera de Jesucristo. ¿Cómo proteger a su familia? El pastoreo de los padres de familia es de primera importancia para instruir a sus hijos en la plenitud de la fe y protegerlos de tantas ofertas equivocadas como llegarán hasta ellos. Hay que fortalecer la fe de los hijos instruyéndolos correctamente. Explicarles, con la Biblia en la mano, y el Catecismo de la Iglesia Católica la gravedad de esos pecados que atraen la maldición de Dios y abren puertas para todas las afectaciones diabólicas en las personas y en la familia. Es necesario que los padres de familia den ejemplo y no permitan que en el seno de la familia haya ningún recurso a esas prácticas mágicas y esotéricas, sobre todo de aquellas que se presentan con vestido de oveja, como son el Yoga, el Reiki, el Tantra, y demás disciplinas orientales impulsadas por la Nueva Era. Estas últimas prácticas se ofrecen como caminos de crecimiento interior, espiritual, para desarrollar los poderes de la mente y lograr la perfección personal y especialmente la paz. La verdad es que se desarrolla una actitud de frialdad hacia Dios, la pérdida de la fe en Jesucristo, la apertura al panteísmo y el desarrollo de una sexualidad desorientada. El demonio Kundalini, la serpiente, se desarrolla a partir del chacra base del perineo y va invadiendo todo el cuerpo hasta llevar a las personas a la obsesión sexual. Especialmente el yoga tántrico. Los niños y jóvenes deben ser bien instruidos y protegidos de todas estas corrientes netamente diabólicas porque tiene por objetivo hacer a un lado a Jesucristo y abrir el cuerpo, la mente y los sentimientos a la influencia de los espíritus malignos.

Los demonios entran por las prácticas mágicas, espiritistas y esotéricas. La gracia de la Llama de amor protege a las familias. La oración diaria del Rosario nos permite implorar la ayuda de la Virgen María, que es decisiva para cegar los ojos de Satanás. Lo más importante es la protección de la gracia de Dios para no caer en las tentaciones de éstas prácticas diabólicas. La jaculatoria “derrama el efecto de gracia” nos ayuda a desenmascarar todas esas ocasiones de caer en el pecado de superstición. Las consecuencias de las prácticas mágicas y esotéricas son muy graves. Espíritus malignos de toda clase penetran en las personas y se van aposentando en ellas, o ejercen desde el exterior su influencia nefasta. El pecado de idolatría y de superstición no es solamente una ofensa a Dios; es un verdadero culto a los demonios y el comienzo de la opresión diabólica en las personas y en las familias. La mayor parte de las personas que han pasado por estas experiencias mágicas, esotéricas, hinduístas necesitan oraciones de liberación y hasta exorcismos cuando la opresión de los espíritus malignos es tal que les impide vivir realmente la paz que viene de Jesucristo.

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