NO BASTA REZAR EL ROSARIO

La familia católica debe ser un hogar de santidad. Un santuario familiar. Un lugar en donde resplandezcan las virtudes cristianas. ¿Por qué Jesús se queja “hasta de las almas piadosas? (DE 9-11-64). María Santísima le dice a Isabel que en Hungría hay muchas “familias frías como la tuya”. La familia de Isabel era una “familia católica” piadosa en la que todos iban a Misa los domingos y rezaban diariamente el Santo Rosario y se procuraba llevar una “vida buena”. Sin embargo Nuestra Señora la cataloga como “familia fría”. Las palabras de Jesús nos dan la explicación de su queja. “Los piadosos que no hacen sacrificios lastiman más todavía mi Corazón. ¡Oh qué triste estoy si miro la multitud de los piadosos, que viven una vida piadosa pero eso no asegura para ellas muchos méritos, para ganar la eterna salvación. Oh, ¡cuántas hay entre ellas que no llegan más cerca de Mí! Como si tuvieran miedo. Hasta el dolor de sus pecados no brota del amor”. “…sin sacrificio no hay progreso”.

Es un error que Yo me contente con una piedad estéril porque es como un árbol que no produce fruto. Y digo algo más todavía, mi Isabelita: los piadosos de esta clase ni siquiera piensan qué opaca y gris es su alma. La luz de la gracia sólo penetra e ilumina el alma que está incandescente de amor, en la medida en que exponen su alma al efecto transformante de mi gracia .…”Quisiera que tomaran a pecho mis palabras y se postraran ante Mí con oración reparadora y con el alma arrepentida. Porque es costumbre también de las almas piadosas pensar que después de haber dedicado un rato a sus devociones, ya le han dado a Dios lo que es de Dios. ¡Oh, ustedes insensatos, si sintieran el inmenso dolor de mi Divino Corazón por su indiferencia piadosa! Yo soy la Víctima y no con actitudes piadosas sino por la aceptación ininterrumpida de sacrificios, realicé mi obra redentora. ¡Arrepentimiento! ¡Arrepentimiento! ¡Arrepentimiento! Esto pido de ustedes. La voz del arrepentimiento es la que llega hasta el trono de mi Padre celestial y esta es la voz que detiene sobre ustedes la mano castigadora de mi Padre” (DE 8-11-1964).


Este texto es verdaderamente impresionante y lo debemos meditar muy bien. Podríamos caer en un error al pensar que por “rezar el Rosario” todos los días estamos cumpliendo con los “requisitos” para ganar “la eterna salvación”, tal como lo dice Jesús. El Rosario es un instrumento muy valioso, dado por la intercesión de María Santísima a la Iglesia para ayudarnos poderosamente a obtener las gracias que necesitamos para entrar en el Reino de los Cielos. Sin embargo el Rosario no es todo. Jesús se queja de una piedad estéril y la compara con un árbol que no produce frutos. Para que la gracia de Dios “penetre e ilumine el alma” que está incandescente de amor, es necesario que ésta se exponga al efecto transformante de Su gracia. El rezo del Rosario no es un punto de llegada, sino que es un punto de partida de la familia para subir diariamente hacia la santidad que Dios exige a su “Pueblo”.

Jesús exige arrepentimiento a aquellas familias que se han estancado en la “tibieza”, o diciéndolo de otra manera, en la “frialdad”. Familias frías aquellas que orando (como la de Isabel) sin embargo no han tomado suficiente conciencia de las exigencias de Cristo. “No es aquel que me dice ¡Señor! ¡Señor! El que entrará en el Reino de los Cielos, sino aquel que hace la voluntad de mi Padre celestial” (Mt 7,21). El Diario Espiritual nos va a enseñar cómo la familia debe tomar todos los medios necesarios para vivir una vida de verdadera santidad. “Sean santos como su Padre celestial es Santo”. El ideal de la Llama de Amor es llevar a las familias a la santidad cristiana.

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