EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO PUNTO DE PARTIDA
Queridos padres de familia: En el Diario Espiritual de la Llama de Amor Dios los llama a ser santos. A tener hijos santos. A ser los grandes apóstoles de la santidad del hogar. De ustedes depende que su familia sea un Santuario, es decir, un lugar en donde todos los miembros estén conscientes del gran deber de vivir en gracia de Dios. Esa es la santidad: el gran combate para vivir en amistad con Dios. Son ustedes los que van a sacar a la Iglesia de esta gran crisis de Fe en que una gran parte del Pueblo de Dios se debate. Vemos a Isabel Kindelmann sufrir y luchar hasta el fin de su vida un combate tremendo contra esa realidad que no queremos ver y que la Virgen llama Satanás. Esta madre de familia llevó el mismo combate de Jesucristo contra el mismo Enemigo. A los ojos de los sumos sacerdotes y de los fariseos Jesús fue un fracasado. Terminó miserablemente en la cruz. Hoy como ayer los enemigos de la Iglesia piensan que la han derrotado y se imaginan que esta Iglesia maltrecha está llegando a su final. Ellos piensan que porque tienen todo el poder en todas las áreas de la sociedad moderna la Iglesia está moribunda. Pero se equivocan. Siempre se han equivocado, desde que clavaron a Jesús en la cruz. No cuentan con que el Reino de Jesús no es de este mundo.
El mensaje del Diario Espiritual es un llamado urgente que la Virgen nos hace a todos, pero especialmente a ustedes, padres y madres de familia católicos. Ella pide que ustedes se pongan al frente de su hogar y emprendan la batalla contra el lobo que por múltiples puertas ha entrado en las familias para volverlas frías contra Dios. Ellos quieren sacar a Dios de la familia y de la sociedad. Tengan la plena certeza que Satanás y sus servidores serán derrotados. La victoria plena del enemigo está en la condenación eterna de las almas; su victoria parcial está en que las familias desperdicien el tiempo en bagatelas y al final se presenten ante Dios con las manos vacías. Hoy el más grande y urgente apostolado en la Iglesia es el de PADRE Y MADRE de familia. Es el campo misionero más importante: la protección y santificación del matrimonio; la protección y santificación de los hijos. Ese gran apostolado y ese gran combate contra Satanás comienza en el corazón de ustedes mismos. Lean el Diario Espiritual. Verán que Isabel se tuvo que convertir. Era una cristiana aparentemente buena. Sin embargo la Virgen le hace ver que en realidad ella y su familia eran frías, eran mediocres discípulos de Cristo. Jesús y María la hacen pasar por grandes tribulaciones exteriores e interiores para lograr su conversión.
El Señor quiere familias santas. Eso depende de ustedes. Lo primero que hay que arrancar es la situación de pecado mortal en que muchas parejas están. No puede haber una familia santa si los esposos no están unidos por el Sacramento. Si no viven el Sacramento en toda su plenitud la familia es un fracaso espiritual. Podrán tener la apariencia de familia cristiana pero la raíz está podrida. El apostolado más urgente está pues en que los esposos tomen conciencia de la grandiosidad del Sacramento. Este es el instrumento más importante que Jesucristo les da para la santificación de sus hijos. La bendición de Dios llega la familia por medio del Sacramento del Matrimonio. Si no hay sacramento hay pecado en la raíz del hogar y las bendiciones se detienen. El más grande testimonio de amor a Dios que los esposos pueden dar a sus hijos es la lucha diaria por llevar a su plenitud el Sacramento. Ese es el primer paso para convertir la familia en un Santuario tal como Jesús y María lo exigen en el Diario Espiritual. Es el primer fruto de la Llama de Amor.