LA PERVERSIÓN DEL SENTIDO DE LA FAMILIA ES OBRA DE SATANÁS

Sor Lucía de Fátima en su carta al Cardenal Carlo Caffarra Arzobispo de Bolonia dijo que en estos últimos tiempos  la “batalla final entre el Señor y el reino de Satanás será acerca del matrimonio y de la familia”.  Dijo también que “Nuestra Señora ya ha aplastado” la  cabeza del Maligno y que “cualquiera que actúe a favor de la santidad del matrimonio y de la familia siempre será combatido y enfrentado en todas las formas, porque este es el punto decisivo”. Esto ya se lo había dicho la Virgen a Isabel Kindelmann. De hecho todo el Diario Espiritual está prácticamente dedicado a desarrollar este tema. La Virgen aplastó la cabeza del Maligno en el Calvario participando en la pasión y muerte de su Hijo de una manera única y excepcional. Sin embargo ese aplastamiento se ha de realizar concretamente en el seno de cada una de las familias, especialmente de aquellas que se dicen “católicas”. Jesús en cierto modo manifiesta cómo será ese combate cuando profetiza la división que se dará por causa suya en el interior de los hogares: por Cristo o contra Cristo (Mat 10,21. 34-39; Lc 12,51-53).  

Quienes sigan las enseñanzas de Jesús “serán aborrecidos de todos” por causa de su nombre” (Mt 10,22). María dice claramente que el causante de toda esta persecución es Satanás.  Lo estamos viendo. Cómo los poderes de este mundo están luchando por todos los medios para corromper el ideal cristiano de la familia. El objetivo es cegar el entendimiento de las personas  para destruir  en su mente y en su corazón la estructura espiritual que Dios dio a la familia desde la Creación. Cegada la inteligencia y corrompido el corazón el hombre y la mujer son puras marionetas de Satanás. El objetivo del Demonio es arrastrar el mayor número de almas a la condenación eterna. Nuestra Señora pide a las familias católicas que se opongan radicalmente a este plan satánico luchando hasta el heroísmo para que Jesucristo reine en ellas. Hoy la pastoral más importante de la Iglesia debe centrarse en la evangelización de los padres de familia para que se conviertan en los profetas y testigos no sólo para sus hijos sino para todas las demás familias. 

En esto consiste el mensaje de la Llama de Amor, que no es “pura palabra que cae en el vacío” sino que es INSTRUMENTO EFICAZ para cegar a Satanás. No debemos extrañarnos de que al promover la Llama de Amor inmediatamente surjan en el interior del hogar las contradicciones. Esto ya lo profetizó Jesús. El padre contra la madre, la hija contra su madre y la nuera contra su suegra.  Esta devoción no deja indiferente a nadie porque nos lleva a un combate permanente. En primer lugar en nuestro propio interior personal porque nos obliga a cambiar la mentalidad, de pagana en cristiana. En segundo lugar en relación con los miembros de la familia: cónyuge, hijos y demás parientes. Muchísimos quieren vivir un cristianismo a “su manera” y cuando predicamos el verdadero Evangelio reaccionan con violencia atacando no sólo a los principios bíblicos sino también a las personas.  El mundo, el demonio y la carne propagan insistentemente que “cada uno es absolutamente libre” para hacer de su vida lo que quiera. Esto, desde el punto de vista del Evangelio, es totalmente falso. Siendo criaturas estamos completamente bajo el Señorío del creador. 

La vocación de padre y madre de familia cristianos conduce al martirio. El Diario Espiritual nos lo dice en todas sus páginas. El primer combate que tienen que enfrentar es contra Satanás, como Isabel Kindemann. No deben extrañarse de que el demonio los ataque en todas las formas que estén a su alcance. Por eso deben entrenarse y tomar en su mano el Instrumento que da el Inmaculado Corazón de María y los demás medios que les da la Iglesia. En medio de estos sufrimientos que trae la lucha del día a día contra el demonio la palabra de Cristo es nuestro consuelo:  “Yo estoy con Uds. hasta la consumación del mundo”, “no teman, soy Yo”.  Las palabras de Sor Lucía son una luz para todos los que desfallecen: “Nuestra Señora ya ha aplastado su cabeza”.  ¿Cómo la aplasta? Por medio de la Llama de Amor que es la gran devoción – instrumento para la lucha de estos últimos tiempos en el interior de las familias.

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