EL OSCURECIMIENTO DE LA INTELIGENCIA HUMANA
El mundo está atravesando la “hora de la tinieblas”: “pero esta es su hora y el poder de las tinieblas” (Lc 22:53). Jesús experimentó en su agonía esa misteriosa hora de las tinieblas en las que se nubló para Él la gloria de su divinidad y quedó sumido en la debilidad de su naturaleza humana. En nuestro caso la hora de las tinieblas corresponde al tremendo oscurecimiento actual de la inteligencia humana por la acción diabólica. Nunca antes en la historia de la humanidad se había dado un caso tan generalizado de ceguera espiritual. Por ese motivo se da la gracia de la Llama de Amor a la humanidad y de manera especial a los “católicos”, para que podamos ejercer nuestra vocación de ser “luz del mundo y sal de la tierra” (Mt 5,13-16). Digo a los católicos porque muchos cristianos no aceptan a la Santísima Virgen como instrumento de Dios para la salvación de las almas. Los demonios tienen la facultad de influir sobre nuestras capacidades psíquicas y emocionales. Jesús nos dice: “velad y orad para no caer en la tentación” (Mr 14,38; Mt 26,41; Lc22,40).
El Padre Nuestro nos lo recuerda constantemente: “No nos dejes caer en la tentación y líbranos del Maligno” (Mt 26,13). La tentación más grave que el Demonio pone al hombre de hoy es la de negar y suplantar los derechos de Dios en lo más profundo: el don de la vida. “Seréis como dioses” les dijo a Adán y Eva. Dar la vida es propio de Dios. El Demonio no puede dar vida, sólo muerte. La mente de muchísimos “poderosos” de este mundo está totalmente dominada por la acción de los espíritus malignos. Se creen dioses y en consecuencia han quedado desnudos de la Luz divina. Las tinieblas han habitado en ellos. Estos “científicos sociales” han llegado al extremo de erigirse en dueños de la vida y de la muerte. Quieren crear un nuevo ser humano según sus medidas. Diseñar una nueva humanidad. Quieren hacer a Dios a un lado para tomar su puesto. Promueven el aborto universal generalizado en todo el mundo. Utilizan los fetos como cobayos, como materia prima para producir cosméticos y experimentos de todo tipo. Quieren clonar al ser humano, quieren crear “homúnculos” para utilizarlos como esclavos… y mucha otras quimeras.
Las futuras generaciones verán cómo esta ola de ceguera demoníaca se irá haciendo cada vez más fuerte hasta entenebrecer por completo la inteligencia humana. Con la ayuda de los poderes políticos la acción diabólica tratará de imponerse sobre toda la tierra para convertirla en el reino de Satanás. Todo esto nos lo dice el Apocalipsis. Se trata del combate de las tinieblas contra el Mesías, el Hijo de Dios. La gracia de la Llama de Amor es dada a la Iglesia para prepararla para este último combate. Es dada a las familias para convertirlas en faros de luz. Es dada a los padres y especialmente a las madres para que conviertan su hogar en fortalezas. La Virgen nos habla de esta gran lucha en la que ya estamos y que se avecinará con más fuerza en el futuro. Ella pronostica UNA GRAN SACUDIDA (DE 24-3-1963) y después un tiempo de gracia casi comparable al primer pentecostés, producido por el efecto de gracia de su Llama de Amor.
La Virgen pone su esperanza en las familias “católicas” para revertir esta avalancha de oscuridad que se avecina. Siendo la sexualidad humana el instrumento del cual Dios se sirve para dar la vida es indispensable que la relación hombre mujer sea establecida en cada familia de acuerdo al designio divino tal como Jesús nos lo presenta. La causa de los abortos es la desviación del sentido de la sexualidad humana. El primer enceguecimiento que procuran los espíritus inmundos para promover el aborto es el de la sexualidad. La atracción sexual no tiene por objetivo en primer lugar el placer de los esposos sino su participación en la obra de la creación. La acción diabólica invierte en la mente y en los sentimientos estos objetivos. Se pone al placer sexual en el primer y absoluto lugar.
Actúan en el enceguecimiento de la mente y de las emociones para este propósito los demonios de la lujuria: Asmodeo, Lilith 1 y Lilit 2, lujuria, fornicación, adulterio, homosexualidad, lesbianismo, perversiones sexuales, incontinencia, deseos impuros, masturbación, bestialidad, pornografía, y otros “demonios animales” que rebajan la dignidad al ser humano a la condición de bestias. La mayor parte de estos demonios están en los ojos y en los genitales. Sin la ayuda de una gracia de Dios muy fuerte es imposible vencer a estos demonios. Para salir victoriosos en este combate de la sexualidad lo primero que debe hacer la familia es orar juntos diariamente y poner en práctica las demás cautelas que nos da la Tradición de la Iglesia y que en el Diario Espiritual están expuestas: sacramentos, ayuno, vigilias, oraciones de liberación, etc. etc. La luz del Espíritu Santo es lo que nos hace comprender el sentido de la sexualidad y su fuerza es la que nos hace permanecer en la castidad.