LOS JÓVENES Y EL DIABLO
El contacto con lo diabólico abre las puertas a un mundo insospechado que termina por succionar a la víctima. Los papás notan los cambios que para mal se dan en sus hijos pero no disciernen su verdadero origen ni valoran la trascendencia. Es frecuente que los que se acercan a este mundo de lo oculto se vuelvan violentos, desobedientes, arrogantes, se aíslen y encierren en sí mismos. Se vuelvan fríos para con Dios, dejen de participar en la vida sacramental de la confesión y eucaristía, y abandonen toda práctica religiosa
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