La destrucción del orden familiar viene de la acción diabólica

Queridos hermanos la poderosa intercesión de Maria Santísima es la que alcanza para las familias “esta gran efusión de gracias con que ahora quiere inundar la tierra” (p 213). “Ella quiere que cada familia sea un santuario, donde en unión con ustedes obre sus milagros en el fondo de los corazones”… (p 213). Y para esta renovación espiritual es necesario imponer un orden familiar donde Jesucristo es el centro de la vida. 

Si los hogares  católicos están en “crisis” es simplemente porque los padres no han llevado a sus familias a vivir de manera consistente y perseverante los  medios normales de santificación que Dios nos ha dado: vivencia de los mandamientos de la Ley de Dios, Sacramento del matrimonio, oración en pareja y en familia, Misa Dominical, Misa diaria si posible, confesión frecuente, comunión eucarística, compartir la lectura y meditación de la Palabra de Dios, penitencia, ayuno, verdadera devoción a la Virgen María, vida parroquial, consejería de padres a hijos, oración de sanación y liberación, etc. Todas las cosas tienen su propio orden interno. 

En el plan de Dios la familia tiene su propio orden, sus propias leyes que la constituyen. Si éstas se guardan aseguran el éxito. La primera ley de la familia -sea cual sea  es que “debe ser un SANTUARIO”, un lugar santo consagrado a dar gloria al Señor. Los padres de familia son como los “sacerdotes” de ese templo santo. Son los “PASTORES” de quienes forman ese santuario. A ellos especialmente la Santísima Virgen les dice: “Un nuevo instrumento quisiera poner en sus manos. Es la Llama de Amor de Mi Corazón. Con esta Llama llena de gracias que de  mi Corazón les doy a ustedes, enciendan todos los corazones pasándola de corazón a corazón. Su fulgor cegará a Satanás” (p 208).  “La suave luz de mi Llama de Amor se encenderá y prenderá fuego en toda la redondez de la tierra y Satanás humillado y reducido a la impotencia ya no podrá ejercer más su poderío. ¡Sólo que a estos dolores de parto no los quieran ustedes prolongar” (p 202). 

La Virgen María señala que la destrucción del orden familiar viene de la acción diabólica. Se trate de una familia  católica,  protestante, musulmana, o de cualquier religión, su  destrucción es una obra satánica. 

La gracia de la Llama de Amor es para todos los seres humanos porque  “es su Hijo Jesucristo” y todos los hombres están llamados a aceptar a Cristo como la Luz de sus vidas. La promesa de María Santísima de que su Llama se encenderá y prenderá fuego en toda la redondez de la tierra pareciera estar muy lejos de la realidad. Una utopía. ¿Será una ilusión de Isabel? ¿Un invento de su imaginación? ¿Una piadosa mentira? ¿Una mala comprensión de las palabras de la Virgen?  El Demonio se servirá de la grandeza de este mensaje para atormentar con terribles dudas a la sierva de Dios. Pasará meses de terribles tentaciones que la llevarán casi a la desesperación, a desearse la muerte. Intentará varias veces destruir su Diario, se acusará a sí misma de mentirosa,de falsaria; en su confusión irá donde su Director Espiritual a decirle que lo ha engañado (leer págs. 280-281; 283; 315-318).  El Señor permite estos tormentos para santificarla y asegurarnos de que no es Isabel quien ha inventado ese mensaje tan poderoso. 

Es el Corazón Inmaculado de María la fuente de donde mana esa Luz que abrasará con su fuego “toda la redondez de la tierra” y cegará a Satanás, humillándolo y reduciéndolo a la impotencia. “Formen pues una fila estrechamente apretada porque la fuerza del sacrificio y de la oración quebranta la llama del odio infernal. Los malignos se reducirán cada vez más; su llama que arde de odio se apagará y el resplandor de mi Llama de Amor llenará todas las regiones de la tierra” (p 269). “Sí, hijita mía, apagaremos fuego con fuego: ¡El fuego del odio con el fuego del Amor! El fuego del odio de Satanás lanza sus llamas tan alto que cree que su victoria ya es segura, pero mi Llama de Amor cegará a Satanás” (p 266). “Hijita mía, para eso necesito Yo el sacrificio, tu sacrificio, el sacrificio de ustedes para que las mentes y corazones en los que arde el odio infernal, reciban la mansa luz de mi Llama de Amor” (p 266).
La Virgen nos habla de UN MILAGRO. Eso es la Llama de Amor: ¡un milagro! “Yo haré en unión con ustedes un milagro que los sabios del mundo en vano intentarán hacer;  esto nunca estará al alcance de ellos. Esto solamente lo puede comprender la sabiduría de las almas puras y amantes de Dios porque ellas poseen a Dios y sus infinitos secretos (p 266). 

Nuestra Señora nos revela de dónde proviene el poder de la Llama de Amor: Se trata de una intervención milagrosa de Dios. El efecto de gracia es un Milagro. Es decir: algo que viene directamente de Dios y está más allá de las explicaciones racionales: “Las Llamas que brotan de mi Amor apagan el fuego del infierno”(p 266). Es necesario que los padres de familia comiencen por  apagar el fuego del infierno dentro de su propio matrimonio y dentro de su propio hogar con el fuego de la Llama de Amor. 

Así se contagiarán las otras familias y se cumplirá la profecía de la Virgen: “Mi Llama de Amor con una claridad inimaginable y con un calor saludable inundará la redondez de la tierra” (p 266).

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