Quien no ama a la Virgen María no vive a plenitud la Llama de Amor
El Diario Espiritual de Isabel Kindelmann no presenta estudio teórico de cómo actúa el Demonio. Muchos libros han sido escritos sobre el tema del exorcismo y de las oraciones de liberación y sanación interior. Explican las diversas maneras de cómo el Demonio y los espíritus malignos actúan. Igualmente dan consejos para proceder a las oraciones pertinentes. Lo que el Diario nos presenta es la vida de Isabel. No encontramos en esas líneas ninguno de los consejos que para el “combate espiritual” nos dan los exorcistas o ministros de “liberación”. Cuando Jesús pide a Isabel que ponga por escrito lo que está oyendo y viviendo lo hace para que nosotros comprendamos mejor “la gracia de la Llama de Amor y su efecto sobre Satanás y el mundo de las tinieblas”.
Isabel es como “un profeta” de los tiempos modernos. Su misma vida es la profecía. De la misma manera como un Jeremías o un Ezequiel llevan en su propia carne el mensaje que Dios les ha encargado de proclamar, así Isabel lleva en sus frágiles hombros el mensaje que el Señor da al mundo para estos últimos tiempos: p 79 “te aseguro, hijita mía, una fuerza tan poderosa de gracia no he puesto todavía a disposición de ustedes como esta vez: la llama flamante del Amor de mi Corazón: desde que el Verbo de Dios se hizo carne, no he emprendido yo un movimiento más grande que este de la Llama de Amor de mi Corazón que salta hacia ustedes. Hasta ahora no ha habido nada que tanto ciegue a satanás, y de ustedes depende que no la rechacen porque esto traería consigo una gran ruina” (Cfr. p 99).
Podríamos decir figuradamente que Isabel va a pagar el precio de esta vocación que Dios le da. Como Jeremías, experimentará el peso terrible de ser la depositaria de un grandioso Mensaje de Cielo. Jeremías es víctima de la persecución de sus conciudadanos que no aceptan sus palabras como Palabra de Dios; Isabel será víctima de la venganza diabólica que a toda costa quiere impedir que la Llama de Amor se encienda. Asistimos como espectadores a un terrible combate entre el Demonio que ataca e Isabel que se defiende con el efecto de gracia de la Llama de Amor. Detrás de Isabel están Jesús y María quienes son los que en realidad dan la victoria a su “hijita”.
Nosotros, alumnos de esta escuela del Diario Espiritual, aprenderemos a cegar a Satanás con las mismas armas que Isabel recibió de la Virgen María. Jesús mismo nos da el secreto de la victoria: “En las tentaciones refúgiate bajo el manto de nuestra Madre. Ella te defenderá del maligno” (p 33). María dice: “No tengas miedo al maligno que continuamente está rondando alrededor de ti. Yo lo he aplastado y no tienes de qué temer. Escóndete bajo mi manto y besa con frecuencia mi escapulario que llevas sobre ti” (67). “Entren en batalla. ¡Los vencedores seremos nosotros! Mi Llama de Amor cegará a Satanás en la misma medida en que ustedes la propaguen en el mundo entero” (p120).
La Llama de Amor es una “gracia Mariana” al mismo tiempo que Trinitaria porque fue concedida debido a los “ruegos de la Virgen María”; es una “iniciativa”, “una súplica que brota del Corazón Inmaculado de Maria ante el trono de Dios”. En este momento es de urgencia que todos los cristianos comprendamos la necesidad de renovarnos en la Devoción a la Madre del Señor. Quien no ama a la Virgen no puede recibir ni vivir la gracia de la Llama de Amor.
Las apariciones de Fátima-Pontevedra-Tuy denuncian el ataque satánico contra la devoción a la Santísima Madre de Dios en la Iglesia. Los cinco primeros sábados de mes son pedidos para reparar las blasfemias proferidas contra Ella: Contra su Inmaculada Concepción, su Virginidad Perpetua; su Maternidad Divina y Maternidad Espiritual de todos los hombres; “el tratar de infundir públicamente en el corazón de los niños la indiferencia, el desprecio y hasta el odio para con esta Inmaculada Madre”; los ultrajes dirigidos a Ella en Sus sagradas imágenes”.
Hay una corriente protestantizante que desde dentro de la Iglesia Católica trabaja para sacar a María de su papel de Madre Espiritual de los hombres y reducirla a simple instrumento pasivo de la Encarnación del Verbo. Algo así como un”vientre de alquiler” que Dios hubiese empleado para darnos a su hijo, y que después se descarta. El Diario Espiritual nos presenta la excelsa y única vocación de María.
Se impone un trabajo muy importante en el seno de los hogares católicos: enseñar a los hijos a amar a la Virgen Santísima. No es cuestión de sentimentalismo, no es cuestión de cultura. Es cuestión de Fe, de “sobrevivencia espiritual”. Infinidad de católicos se han protestantizado; les han arrancado del alma el amor a la Virgen y con ello los han dejado sin la protección más efectiva contra la acción diabólica.
El Dogma de la Asunción nos presenta a una Madre “viva”, glorificada, pero en “cuerpo y alma”. Igualmente el Diario pone frente a nuestros ojos una Madre que actúa con todo el poder del Hijo para liberar a sus hijos de los ataques mortales de Satanás. El secreto para tener éxito en la lucha es “refugiarse” en el Corazón Inmaculado de María.