CARTA No.287: PROGRAMA DEL DÍA DOMINGO

La Sra. Micaela, de Guadalajara, México, pregunta: ¿Por qué el Señor no le da a Isabel ninguna orientación u obra de piedad para el día Domingo? ¿No queda vacío ese día del programa? 

Respuesta: Es muy importante tener en cuenta que este programa de vida lo da Jesús a Isabel antes de la celebración del Concilio Vaticano II.  El Concilio va del 11 de Octubre de 1962 al 8 de Diciembre de 1965. Estas recomendaciones de vida espiritual se as da Jesús el 10 de abril de 1962, siete meses antes del inicio del Concilio. Esta gran reunión de Obispos es de trascendental importancia para la vida de la Iglesia de hoy.  Tocó puntos importantísimos que están transformando y deben transformar nuestra manera de vivir la Fe. Entre esos puntos el más importante es la vida litúrgica. Dentro de la vida litúrgica el punto central es la eucaristía  que es el fundamento de la vida del cristiano. Quedamos extrañados cuando Isabel no recibe ninguna indicación para el día domingo y podemos pensar que se trata de un vacío que Isabel debe llenar con devociones a su gusto. Aquí vemos la sabiduría y prudencia del Señor que se abstiene de darle orientaciones sabiendo que en el futuro las enseñanzas del Concilio habrían de renovar el sentido litúrgico de la Iglesia. El Concilio Vaticano II enriqueció la piedad de los fieles y la orientó  hacia lo esencial: la celebración eucarística y en especial la del Domingo, día del Señor. 

La Misa Dominical, es la fiesta litúrgica más importante de la semana. La resurrección de Jesús es el Misterio central de la Fe ya que da sentido a toda la vida  del discípulo.  Por su muerte y resurrección, con su sangre,  Jesús sella la Alianza Nueva y Eterna de la humanidad con Dios.  Es en la pascua de Jesús donde nace la Iglesia, de su costado herido. Ese día Jesús da el Espíritu Santo y el poder de perdonar los pecados a los Apóstoles. Desde el momento de la resurrección la Iglesia tomó conciencia de la trascendental importancia del día domingo: el día del Señor. Es allí donde se forma la Iglesia: la eucaristía hace la Iglesia y la Iglesia hace la eucaristía. Hoy vemos cómo ha caído en picada la participación en la misa dominical. La media general es de un diez por ciento de católicos que se reúne cada domingo para celebrar la muerte y resurrección del Señor. Es un barómetro que nos indica la pérdida de la fe y de la identidad cristiana  de los bautizados. En el Diario Espiritual se nos presenta como modelo a una madre de familia que se debate en una dolorosa crisis de fe. Su desazón llega a tal grado que un día decide no seguir yendo a misa porque para ella todo aquello en lo cual había creído comienza a perder su sentido y ya no significa nada para ella. 

El Señor la rescata haciéndole oír su voz. Desde entonces el Señor la reconduce a vivir en profundidad aquello que desde niña había practicado. Si examinamos la vida de Isabel Kindelmann nos damos cuenta de que el centro de su vida es la eucaristía. Todo en su existencia encuentra su coherencia y unidad en Jesucristo resucitado presente en el Santísimo Sacramento del altar. Isabel se convierte en una ferviente católica que participa plenamente de la vida comunitaria parroquial. Pasa largas noches de adoración ante el Santísimo, vive en plenitud la eucaristía del Domingo y asiste diariamente a Misa. La Llama de Amor transforma su vida y la fortalece en su permanente lucha contra Satanás que la atormenta constantemente para hacerla desistir del llamado recibido: ser portadora de esta gracia. Jesús no le da ninguna indicación porque el día del Señor es para la Iglesia, desde sus inicios, el día más importante de la semana y la celebración eucarística es lo esencial. Es importantísimo para el presente y futuro de la Iglesia catequizar a los fieles sobre el sentido grandioso de la Eucaristía. Esto solamente se puede hacer en el interior de la familia. La Devoción a la Llama de Amor llevará a las hogares católicos a redescubrir la eucaristía dominical como el acto de religión más importante de la vida cristiana y el centro de su existencia.

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