CARTA No.266: Hola, Padre, bendiciones a su merced. Seguimos los comentarios que Ud. hace del Diario Espiritual de Isabel Kindelmann.
Somos una familia católica practicante de Bogotá, Colombia. Estamos tratando de vivir la “Hora Santa en familia” tal como lo pide la Virgen. Antes nos contentábamos con rezar el Rosario en familia. El hecho de estar reunidos con nuestros tres hijos adolescentes y de compartir con ellos la Palabra de Dios, nuestras necesidades espirituales y materiales, de orar unos por otros, es algo maravilloso. Como su merced dice en un comentario “no basta rezar el Rosario en familia”. “Es necesario reunirse para orar unos por otros”, hacer la “hora semanal de adoración reparadora”. Estamos viendo maravillas. Hay grandes cambios en nuestros hijos. Mi marido y yo por primera vez estamos escuchando a nuestros hijos. Ellos se están abriendo desde el corazón. Estamos orando por cada hijo. Ellos también están orando por nosotros. Les hemos impuesto las manos y hemos pedido a Dios por cada uno de ellos, por sus necesidades, por sus problemas. Ellos también nos imponen las manos y oran por nosotros. De verdad que hay sanación y liberación en los corazones. La Virgencita de la Llama de Amor está haciendo que haya más confianza entre nosotros y que el ambiente de la familia se vaya llenando de paz. (Familia Martínez).
Respuesta: Es un bello testimonio el que están ustedes dando. Estoy seguro de que en la medida en que perseveren su familia se consolidará en una fe vivida, auténtica. Verán los frutos. Nuestra Señora nos ha dado una lista de elementos que constituyen la identidad de la familia cristiana. En la medida en que los ponemos en práctica vamos viendo cómo actúa el “efecto de gracia de la Llama de Amor” en el interior del hogar. Esta “hora santa” en familia, en la que se comparte la Palabra de Dios y oramos por las necesidades espirituales de los miembros de la familia es importantísima para el progreso espiritual de todos los miembros del hogar. La familia se transforma cuando se reúne para compartir lo que Dios está haciendo en el interior de nuestro corazón. En este clima de amor y de paz se dan las sanaciones y liberaciones milagrosas que la Virgen promete. Lo que parecía imposible de lograr se da como un regalo de Dios a sus hijos. Los felicito una vez más y espero que muchas más familias sigan su ejemplo para que pronto tengamos in inmenso ejército de hogares iluminados por la Llama de Amor.