CARTA No.221 ¿Cómo orar por sanación y liberación con la Llama de Amor?
Sanación y liberación están relacionadas. La experiencia nos dice que muchos padecimientos o enfermedades físicas, biológicas, psíquicas (obsesiones, neurosis, psicosis, complejos, vicios, etc.) se sanan o mejoran con medicamentos o tratamientos. Sin embargo hay que tener en cuenta que muchas veces en este campo de las enfermedades físicas, psíquicas y “de las relaciones sociales”, hay elementos que están más allá de nuestra comprensión racional. En el evangelio leemos que Jesús sanaba las enfermedades físicas y expulsaba demonios, liberaba a las personas afectadas por espíritus malignos. En algunos pasajes nos dice que esas enfermedades tenían como causa la acción de los demonios (endemoniado de Gerasa),en otras las causas eran meramente biológicas o accidentales (el ciego de nacimiento), en el pasaje de la mujer encorvada la enfermedad estaba producida por un demonio. Los sumos sacerdotes, los miembros del sanedrín, Pilatos, Herodes, Judas, los soldados, el mal ladrón estaban verdaderamente dominados por Satanás en su mente y en su corazón. En este campo de la sanación y liberación es difícil discernir con claridad hasta dónde llega la acción de lo meramente natural y la intervención de los espíritus malignos.
Es frecuente que se encuentren juntas la deficiencia psicobiológica y la acción diabólica. También encontramos que en las casas de habitación, en diversos lugares, en los animales, en la misma naturaleza se dan fenómenos que no tienen explicación natural y que son solucionados cuando se emplean las bendiciones o exorcismos de la Iglesia. Todos los seres humanos y todas las familias estamos afectados por la acción de los espíritus malignos, en mayor o menor grado. Aquellas personas individuales y familias que viven intensamente la fe y utilizan los medios para cuidarse y defenderse están en buen grado protegidos de estos ataques. Aquellos que no tienen fe viva y que por lo tanto están lejos de la oración y de los sacramentos, y que además utilizan prácticas esotéricas, caen irremediablemente bajo el poder de Satanás. En la mayor parte de los casos esta influencia del maligno pasa desapercibida porque está escondida. El Demonio es muy astuto y se disfraza en su acción bajo la capa de problemas emocionales, psicológicos, mentales, de conducta, etc. Las personas en general no se dan cuenta de que muchas de las maneras de proceder propias y de los demás son influenciadas y dirigidas por las inteligencias diabólicas.
Las obsesiones de suicidio, depresiones intensas, sexualidad desenfrenada, el odio exacerbado de los asesinos en serie, la terrible vida de los narcotraficantes, etc. son promovidas por el Demonio. Quien está dominado por los espíritus malignos no puede tener paz en su corazón ni puede transmitirla a los demás. La devoción y gracia de la Llama de Amor es dada a las familias para que utilizando el instrumento del Rosario y de la jaculatoria puedan irse liberando del poder de Satanás. Cuando se invoca a la Virgen los espíritus malignos oyen la oración y experimentan miedo, terror ante Ella. La mayor parte de las veces salen sin hacerse notar, en otras salen por medio de eructos o vómitos. Hay personas que experimentan mareos, dolores de cabeza, escalofríos, dolores en distintas partes del cuerpo, malestares emocionales, cambios de humor, rechazo a la oración cuando se reza el Rosario y la jaculatoria de la Llama de Amor. Estos son signos de la presencia de espíritus malignos en la persona o en el ambiente. Los padres de familia que quieren establecer el Santuario familiar en su hogar deben valorar este gran instrumento de María Santísima. La perseverancia en el rezo del Rosario de la Llama de Amor va gradualmente sanando y liberando. A menudo se descubren afectaciones muy grandes que necesitan oraciones de liberación o exorcismos propiamente dichos.