CARTA No.212: La Sra. Cecilia, de Barranquilla, Colombia dice:
Ud. propone que la familia se reúna en una hora diferente del rezo del Rosario para orar por la sanación espiritual de sus miembros. ¿Cómo podemos hacer eso? ¿Qué beneficios trae?
Respuesta: la devoción a la Llama de Amor no se limita al rezo del Santo Rosario en familia, sino que es un “camino” y un “instrumento” que debe llevar a cada matrimonio y a sus hijos a trabajar juntos para edificar el Santuario que Jesús y María anhelan. La vocación de los padres de familia es un grandioso ministerio. Dios les confía la salvación y santificación de su cónyuge en primer lugar y la de sus hijos. Las enseñanzas del Diario nos impulsan a asumir con vigor el designio divino: llevarnos a la Vida Eterna. A ese designio divino se opone radicalmente el mundo de los espíritus malignos. Nos asechan, nos persiguen, tratan de confundirnos, nos atormentan, buscan los medios para que no haya unidad de propósito en el interior del hogar, tratan de lograr la dispersión de las mentes, de los corazones, de las personas. El interés del mundo diabólico es impedir que crezcamos en el conocimiento y amor de Jesucristo. Su objetivo es que no imitemos a Cristo, que en nuestras personas y familias no reine Jesucristo. El mensaje de la Llama de Amor viene a abrirnos los ojos acerca de la acción diabólica en el interior del hogar. Los padres deben crear en el interior de su familia los instrumentos que se necesitan para ejercer su labor de pastores y maestros.
Cada familia debe organizarse con sabiduría para luchar contra la acción demoledora de Satanás. Uno de los instrumentos indispensables y más importante y eficaz para solidificar la familia es la reunión familiar semanal en la que se comparte de corazón la Palabra de Dios y se ora por sanación y liberación espiritual tanto de los padres como de los hijos. No basta salir a pasear juntos, a jugar, a divertirse en familia. Estas cosas son buenas pero no tienen el poder espiritual de la Palabra de Dios y de la oración. Es necesario crear un espacio de tiempo y de lugar en el que los padres puedan ejercer de manera auténtica su ministerio de maestros de la fe. Que puedan explicar la Palabra de Dios aplicándola a las necesidades del hogar. Que puedan dialogar con sus hijos y escuchar sus problemas. Que puedan manifestarse el amor paterno y el amor filial. Que puedan orar por cada uno de sus hijos en particular y también recibir la oración de éstos. Es aquí en donde el Inmaculado Corazón de María con su Llama de Amor manifiesta su poder maternal. Los espíritus malignos no se hacen evidentes, están ocultos detrás de los diversos problemas que se experimentan en la vida familiar y agobian a las personas.
Cuando se invoca a María y se le pide con la Llama de Amor que someta a los espíritus malignos éstos pueden emerger y hacerse evidentes de diversas maneras. Pueden hablar, gritar, llorar, pueden sacudir el cuerpo, moverlo, pueden las personas entrar en trance y perder el conocimiento, o pueden no manifestarse de ninguna manera. También nos podemos encontrar con brujos que de manera misteriosa están presentes en las personas a las que están dañando. También podemos encontrar almas de difuntos. Esta manifestación de los espíritus malignos es la ocasión para que los padres ejerzan su ministerio de pastores y emprendan con eficacia el combate contra ellos. Los espíritus malignos prefieren estar ocultos, no manifestarse. Cuando pedimos a Nuestra Señora que ponga en evidencia a los espíritus malignos, la Virgen actúa y los saca de su escondite. Los pone en evidencia. Entonces los podemos combatir más fácilmente. Tenemos que ir aprendiendo a orar por la sanación y liberación de nuestros familiares. Es un aprendizaje que nos llevará cierto tiempo. Necesitamos algunas reglas de conducta para proceder con paz, tranquilidad y seguridad. Veremos entonces el poder de María Santísima que va liberando a las familias de estas presencias nefastas que impiden la santidad de los hogares. En los próximos comentarios seguiremos tratando este tema.