CARTA NO.76: HOMOSEXUALIDAD 8

Respuesta: En los temas anteriores hemos ido dando elementos que responden a esta pregunta. Creo que lo más importante es prevenir cualquier acontecimiento que pueda despertar en el niño las tendencias homosexuales. Cantidad de niños y niñas son “iniciados” en la sexualidad por los “primitos”, o “amiguitos” del barrio o de la escuela. Cantidad de niños mayores inician a otros niños de menor edad. Y los van gradualmente convirtiendo en homosexuales. En ciertos lugares o barrios o escuelas se forma una “cadena” de seducción entre los niños. ¿Qué sucede cuando un niño es iniciado en la homosexualidad? Sus tendencias sexuales se despiertan precozmente y se abren a un horizonte pervertido. Hay un desorden que se instala en su capacidad de juzgar entre lo que es bueno y lo que es malo. No es lo mismo que una violación. Ésta es violenta, en contra de la voluntad de la víctima y es tremendamente devastadora desde el punto de vista psicológico. La iniciación es una seducción gradual.

Los padres de familia, y la familia entera, debe cuidar a sus niños de este gran peligro que no es aparente porque los niños se esconden en sus juegos de la vista de los mayores. Numerosos exorcistas se encuentran con que espíritus malignos de naturaleza “sexual” penetran en el cuerpo de los niños que son iniciados en la homosexualidad o son violados. Algunos quedan en cierto sentido “poseídos” por espíritus malignos que se nombran a sí mismos como: “Asmodeo, Lilith, lujuria, homosexualidad, seducción, obsesión sexual, prostitución, etc.”. Con el correr de los años estos espíritus malignos se van fortaleciendo y empujando a las personas a la promiscuidad. La primera ayuda es la amorosa vigilancia para proteger al niño, al adolescente, al joven, de personas perversas que buscan intencionalmente desorientarlos y corromperlos en el terreno de la sexualidad. Hoy sobre todo hay un grandísimo peligro con la enseñanza que los partidarios de la “ideología de género” o “teoría de género” o “teología de género” quieren imponer en los sistemas educativos a nivel mundial.

Además de la vigilancia debemos educar en la visión cristiana de la sexualidad dando a conocer lo que la Palabra de
Dios y la doctrina oficial de la Iglesia nos enseña. No debemos dejarnos impresionar por “maestros advenedizos”, aún “teólogos” que tergiversando la Palabra de Dios enseñan que los tiempos han cambiado y que hoy sí es aceptable la conducta homosexual y todo lo que de ella se deriva. Como decíamos en temas anteriores los padres de familia deben transmitir a sus hijos la Verdad Revelada para que su conciencia se forme rectamente. Una ayuda muy importante es demostrar amor y respeto a la persona pero sin ceder en los principios morales. La gracia de la Llama de Amor es de trascendental importancia para proteger a los niños, adolescentes y jóvenes de la acción de los espíritus malignos. Debemos creer firmemente que Dios responde a nuestras oraciones. La Virgen María no es un mito, no es una idea, no es un invento de la sensibilidad humana ni de la Iglesia para tranquilizarnos o engañarnos. La Virgen es una persona viva, que actúa, que se relaciona íntimamente con cada uno de nosotros en la medida en que recurrimos a Ella con fe y amor.

La Virgen ejerce su vocación de Madre de la Iglesia. Aquella persona que desde su niñez ha aprendido a utilizar el instrumento de la Llama de Amor experimenta la eficaz protección de la Virgen contra la acción de Satanás. Éste
tampoco es un mito ni un fantoche inventado por los hombres ni por la Iglesia. Satanás es una persona real, actuante, que ejerce un poder que Dios le permite usar en contra de los hombres. El mundo del Demonio se acerca a nosotros para pervertir nuestra mente y nuestro corazón y arrastrarnos a la perdición. En el Diario vemos cómo actúa el mundo de las tinieblas cercando la inteligencia y golpeando de manera persistente el corazón (los sentimientos, las emociones, la memoria) para llevarnos al pecado. Todo ser humano tiene la oportunidad de abrirse a la gracia del Inmaculado Corazón de María que es una gracia de combate contra el mundo de Satanás. Los antiguos monjes nos enseñaron la oración “del corazón” que impide al Demonio penetrar en nuestras facultades íntimas. La jaculatoria de la Llama de Amor repetida interiormente y de manera perseverante impedirá a los espíritus malignos derrotarnos. El deseo de la Virgen es que desde pequeñitos iniciemos a los niños en la oración con la jaculatoria para que sepan combatir y vencer al enemigo maligno.

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