CARTA NO.74: HOMOSEXUALIDAD 6
Respuesta: ¿En qué puede ayudar la gracia, el mensaje, la devoción y el instrumento de la Llama de Amor a los padres de familia? ¿A los hijos? Creo que el mensaje que el Inmaculado Corazón de María da a los padres de familia en general es de grandísima importancia. En primer lugar les hace comprender la grandiosidad del ministerio que Dios les ha confiado: poblar el Cielo de almas. Compara la paternidad a un “sacerdocio” cuando exalta la vocación de las madres de familia y les dice a éstas “ustedes tienen el trabajo más grande y que reclama mayor responsabilidad”(DE 29-2-1964). En el interior del hogar los padres son los testigos de Cristo y de su doctrina. Los hijos se forman mirándose en el espejo de sus padres. Por lo tanto el primer deber de los padres es “formarse” una conciencia plenamente cristiana para que puedan dar a los hijos la orientación moral correcta. Padre de familia que flaquea en los principios cristianos desorienta totalmente a los hijos, sobre todo en el terreno de la sexualidad. En el Diario vemos cómo Isabel va creciendo en santidad. Jesús y María la van formando en la vida cristiana y la van forjando en el tremendo combate contra el príncipe de las tinieblas que la ataca permanentemente para que renuncie a su vocación.
Al leer el Diario y al estudiar la historia de Isabel, los padres de familia deben contemplarse en ella. Dios los llama a una gran santidad y a ser los protectores de sus hijos contra los criterios del mundo, del Demonio y de la carne. Es necesario creer en la existencia y acción del Demonio. Si no se cree en la existencia del Enemigo pronto se cae en sus trampas y en sus garras. Eso es lo que pasa en infinidad de familias. Los padres no creen que el Demonio exista. Son ignorantes de la Palabra de Dios; se dejan llevar por las habladurías de los charlatanes que niegan la Vida futura, que proclaman el ateísmo; se creen “amplios de criterio” cuando renuncian a su deber de proclamar la verdad y denunciar el error; terminan aceptando todas las majaderías que los maestros del error enarbolan como pretendidos derechos humanos. El resultado es que tenemos hijos sin los verdaderos criterios morales cristianos. Son como hojas secas llevadas por el viento y terminan víctimas de esas inteligencias nefastas que son los “espíritus malignos”. Hoy los cristianos nos enfrentamos, más que en épocas pasadas, a un ataque sin precedentes llevado adelante por las huestes de Satanás. Esto lo dice la Virgen
María en el Diario.
El Demonio quiere destruir a cada niño y a cada hombre destruyendo la santidad de la familia. Quiere convertir cada hogar en una pocilga. La responsabilidad de cada padre de familia católico es elevar la santidad de su familia hasta convertirla en un Santuario en el que Jesucristo reine. Esto es en resumen el mensaje del Diario Espiritual. Leamos con atención los pasajes tan numerosos en los que el Demonio ataca a Isabel. La intención de la Virgen es que los padres de familia comprendan que así también ellos son atacados despiadadamente por Satanás. Los padres deben dar a sus hijos una visión cristiana de la sexualidad. Deben transmitir la enseñanza del Catecismo de la Iglesia Católica. Allí tiene la fuente de la verdadera Doctrina de Jesucristo y de la Iglesia. Lo primero que debemos proteger en los niños es la “inteligencia”. Es decir la capacidad de conocer y comprender la Verdad. La capacidad de ver el error y el mal. El niño debe saber que la conducta homosexual es un pecado grave. Que ofende a Dios y que rebaja la dignidad del ser humano. Que debe rechazar todas las propuestas que se le puedan hacer a favor de la homosexualidad o del lesbianismo o del aborto y otras aberraciones morales.
Cuando se busca corromper la conciencia de los niño se trata de una verdadera “violación moral”, de un “abuso” tan grave como el abuso físico. Formar la conciencia del niño es lo más importante. Los promotores de la homosexualidad han llegado al extremo de infiltrar las escuelas para corromper la mente de los niños ya desde los jardines de infantes. Allí es donde los padres de familia deben actuar políticamente para exigir de los gobiernos que no se tolere semejante intromisión en sus derechos naturales. Quedarse pasivo en esta área es hacerse cómplice de la acción satánica que busca corromper desde la raíz la inocencia de los niños. Al mismo tiempo el niño debe ser protegido de todo abuso físico que dejará secuelas terribles en el fondo del alma. La Llama de Amor protege a las familias que viven su mensaje.