CARTA No.57: Jorge de Perú pregunta: ¿qué es la vela nocturna?
Jorge de Perú pregunta: ¿qué es la vela nocturna?
Respuesta: Jesús le pide a Isabel que se levante durante la noche a “velar”, es decir a “orar”. Primeramente, le pide una hora y más tarde dos. En uno de los párrafos que están más allá del 4 de Mayo le dice: “Tienes que renunciar más todavía a tu reposo nocturno. Te pido una vigilia de dos horas de tal manera que tengas que levantarte dos veces cada noche por una hora. Mi hijita querida, ¿Puedo contar contigo? Te lo pido Yo, el Dios Hombre”. Más adelante la Virgen le dice: “Escúchame. Te ruego, no te distraigas durante el tiempo de la vigilia. Este es un ejercicio sumamente útil para el alma, es su elevación a Dios. Haz todo el esfuerzo físico necesario. Yo también he velado mucho. En la familia era Yo quien permanecía velando durante las noches mientras el Niño Jesús era todavía bebecito porque San José trabajaba mucho esforzándose para que pudiéramos vivir pobremente. ¡Hazlo tú también aún en tu día de descanso que es el domingo, velarás y oirás tantas Santas Misas cuantas te sean posible!”.
La vela nocturna que Jesús y María le piden a Isabel es un tiempo de oración durante la noche, a partir de las dos de la mañana. Debe orar por los moribundos para obtenerles la gracia de la conversión de sus corazones y el arrepentimiento de sus pecados. Debe igualmente pedir por las benditas ánimas del purgatorio. También que ore por los jóvenes. Isabel confiesa: ” la velada nocturna me resulta muy dificultosa, me cuesta muchísimo despertarme, pedí a la Santísima Virgen: Te suplico, Madre mía, ¡despiértame!, Cuando es el Ángel de la Guarda quien me despierta, no me hace bastante efecto”. La noche es el momento ideal para orar. Esta petición de Jesús y de María a Isabel nos recuerda que Jesús se levantaba de madrugada a hablar con su Padre Celestial. Aunque Jesús oraba durante el día mientras caminaba con sus discípulos, sin embargo reservaba, a pesar de su cansancio las horas de la noche para entregarse a la contemplación del rostro de su Padre. A los discípulos el jueves santo en el monte de los olivos les pidió que oraran para no entrar en tentación.
En varios párrafos Isabel recibe palabras de Jesús: “En la noche solitaria busco corazones”. “Hijita mía ¡Sufre Conmigo!, ¡Siente Conmigo!, ¡Alivia mi dolor!” Y me hizo ver con los ojos del alma una visón que por poco me parte el corazón. La visión terrible no sólo me causó dolor espiritual sino que, hizo además, que estuviera ahogándome durante varios minutos”. Isabel no dice cuál fue la visón. Con esta gran enseñanza de la velada nocturna Jesús y María nos invitan a crecer espiritualmente utilizando parte del tiempo del descanso nocturno para lo más importante: la oración. Se trata sin duda de un gran sacrificio renunciar al sueño, pero efectivamente este tiempo es una gran oportunidad para crecer espiritualmente hablando. Jesús no indica a Isabel una lista de oraciones concretas para la velada nocturna sino que le deja libertad. Ella podrá dedicar un tiempo para hablar directamente con el Señor o para servirse de oraciones tales como los salmos, o pasajes de la Escritura o de oraciones aconsejadas por la Iglesia.
Todos deberíamos aprovechar en la medida de lo posible esta gran enseñanza de Jesús y de María: levantarnos durante la noche a orar. Es el gran momento del silencio. Podemos hablar con Dios sin las interrupciones que el ajetreo del día nos impone. Tenemos la oportunidad de orar escuchando audiolibros tan bellos como los Salmos, Pasión de Nuestro Señor de Catalina Emmerich, las Veinticuatro horas de la Pasión, de Luisa Picarreta, el relato de la pasión de María Valtorta, el Diario de Sor Faustina, y tantos otros que se encuentran en las redes sociales, especialmente en YouTube. Este ejercicio de oración nocturna es realmente algo maravilloso. Todos los que necesitamos la fuerza que viene de lo Alto deberíamos aprovechar esta gran oportunidad para establecer una relación de intimidad con el Señor. La Llama de Amor renueva a las familias por medio de la oración.