CARTA No.189: Una madre de familia dice:
Estoy leyendo sus comentarios. Quiero que me ayude a clarificar mis ideas porque quiero orar por mis hijos con la Llama de Amor. Veo que están afectados por espíritus malignos; son buenos muchachos, son piadosos, van a Misa conmigo y oran conmigo todos los días, pero veo que están atados por la televisión, los teléfonos, las redes sociales, y no se lleva muy bien, se pelean. Creo que necesita liberación.
Respuesta: Varias madres de familia han preguntado lo mismo. Trataré de clarificar. En primer lugar tengamos en cuenta que los verdaderos exorcismos solamente se hacen sobre posesos, es decir, sobre personas en las que se manifiesta un ente espiritual que las domina por completo y en grado superlativo. De manera oficial, en nombre del Obispo, de la Iglesia, solamente pueden hacer las oraciones del ritual o exorcismos los sacerdotes autorizados. Los laicos y los sacerdotes que no son nombrados exorcistas no pueden hacer estas oraciones oficiales. Más allá de estos casos que no son muy numerosos o frecuentes, hay ataques de espíritus impuros que podemos llamar afectaciones menores y que no necesitan de exorcismos mayores u oficiales de parte de la Iglesia. Estas afectaciones menores son muy numerosas y de hecho se dan en todas las familias. Según la nomenclatura que se utiliza en el campo exorcístico a las oraciones que se hacen para ayudar a las personas perturbadas por estas afectaciones menores se las llama “oraciones de liberación”. En éstas o por medio de éstas suplicamos a Dios Nuestro Señor, o a Jesús, que nos liberen de las perturbaciones o manifestaciones espirituales negativas. Igualmente pedimos al Señor por medio de la intercesión de María Santísima, de los ángeles y de los santos, que nos sane espiritualmente.
Las oraciones de liberación son fundamentalmente súplicas; los exorcismos son órdenes que se dan en el Nombre de Jesucristo o del Padre y el Espíritu Santo. Todo ser humano, bautizado o no, cristiano o no cristiano, puede suplicar al Creador su ayuda y liberación de cualquier opresión. Los padres y madres de familia, que por derecho natural tienen
autoridad moral sobre sus hijos, con muchísima mayor razón pueden suplicar a Dios la liberación de sus hijos de cualquier afectación o ataque espiritual. En mi opinión, cuando los padres de familia están bien formados en este campo del combate espiritual, tienen derecho natural de reprender y ordenar en el Nombre del Señor Jesús a los espíritus malignos que afectan a sus hijos. En los casos muy difíciles recurrirán al ministerio de liberación que debería existir en cada parroquia. La jaculatoria “derrama el efecto de gracia”…es una verdadera oración de liberación. La virgen actúa a través de ella. Ciega a los demonios. En el Diario Espiritual la Virgen pide que las familias se reúnen para orar y especialmente el Rosario. Nos pide que utilicemos la jaculatoria en contra de Satanás y de sus servidores.
Hay que enfrentar al maligno con esta súplica ardiente: Madre, derrama el efecto de gracia de tu Llama de Amor, sobre….(mi corazón, mi inteligencia, mi miedo, mi ansiedad, estas tentaciones, estas presencias, sobre los espíritus malignos con sus nombres, etc. etc.). El Rosario se convierte así en la oración por excelencia que libera a las familias de los espíritus malignos e inmundos. Es importantísimo que los padres de familia vayan aprendiendo a orar por sus hijos con oraciones de sanación y liberación. Si lo van haciendo ayudados por sacerdotes o fieles que tengan instrucción en este campo, aprenderán a hacerlo fácilmente. Tendrán el auxilio de la Virgen que es la mejor maestra. Ella no quiere dejar a sus hijos inermes, sin armas para defenderse y atacar al maligno. Todos, y en primer lugar los sacerdotes estamos llamados a asumir esta gran responsabilidad. Cuando se reza el Rosario de la Llama de Amor estamos ya iniciándonos en la oración de sanación y de liberación. Los frutos pronto se comenzarán a ver en el interior de la familia.