CARTA No.160: Ofelia de Managua, Nicaragua, dice:
“En el Diario Espiritual no se habla de maleficios, ni de maldiciones, ni de brujos, ni de almas, ni de herencias ancestrales, ni de tantas otras cosas que yo he leído en los relatos de los exorcistas. Háblenos de eso”.
Respuesta: Efectivamente, en los escritos de Isabel Kindelmann no se habla de esas expresiones de la la acción diabólica. El Diario no es un manual para exorcistas. Lo que debemos buscar en los escritos de Isabel Kindelmann es lo esencial del mensaje de la Llama de Amor. Poco a poco iremos viendo cómo los padres de familia podrán aplicar las enseñanzas del Diario a las manifestaciones concretas de la acción diabólica en el interior del hogar. Por ahora vayamos a las ideas fundamentales del mensaje del Inmaculado Corazón a las familias. De estos puntos esenciales derivarán las aplicaciones prácticas a los hechos concretos de cada día en el hogar. Podríamos reducir todo lo diabólico de lo que Ud. habla a una sola realidad. El Demonio nos tienta para que ofendamos a Dios y nos alejemos de Jesucristo. Lo hará por medio de insinuaciones directas en la mente, por sentimientos que se nos presentan de manera obsesiva, por maleficios lanzados por hechiceros, por muchas personas o cosas que nos rodean, por circunstancias dolorosas que nos afligen, etc… Todo eso lo podemos concentrar en una palabra: se trata de tentaciones. Tenemos muchos ejemplos bíblicos: Moisés, Aarón y los hechiceros del Faraón, Saúl y la bruja de Endor, David y Betsabé, Job y su mujer, Judas y su ambición por el dinero, Ananías y Zafira con la mentira, etc.
En los escritos de muchos santos modernos hay también grandes enseñanzas, por ejemplo en el Diario de Sor Faustina, en la vida del Santo Padre Pio, en los escritos de Luisa Picarreta (Libro de Cielo Vol.1, págs 16 a 23). Dios permite que el Demonio se acerque a nosotros de múltiples maneras y en muchísimas circunstancias de las que ni siquiera nos damos cuenta. Con un sólo objetivo santificarnos. El Señor quiere que venzamos a Satanás y nos da todos los medios para derrotarlo. En el mensaje de la Llama de Amor la Virgen quiere que abramos los ojos y nos demos cuenta de que el Demonio es una verdad, una realidad que nos rodea las veinticuatro horas del día. Nos habla a través de una madre de familia común y corriente. Jesús hace pasar a esta madre por grandísimas pruebas. A Luisa Picarreta le dice: “… quiero ponerte en medio de los demonios, les daré libertad de tentarte y atormentarte…” (Vol 1, p 16); exactamente lo mismo le dice a Isabel Kindelmann: “Puse tu alma y tu cuerpo bajo el pleno dominio del príncipe de las tinieblas, para que haga contigo lo que quisiera. Que aprovechara de toda oportunidad y te pusiera a prueba.
Puse a su disposición todos los instrumentos para hacerte vacilar, para que vea con quién tiene que verse: «con un alma de quien tomó posesión la Santísima Trinidad”. (DE 10-6-1965). El Señor quiere enseñarnos por la vida de estos santos que Él es el único Dios y que Satanás y todo su mundo no es más que una criatura de la cual Él se sirve para nuestra santificación. Lo único que importa es aprovechar todas las circunstancias de nuestra vida para acercarnos a Jesucristo. San Juan lo dice en su Evangelio (Jn 17,3): La vida eterna consiste en conocer al Padre y a su enviado Jesucristo. El Diario Espiritual nos llama a poner en práctica todos los medios para conocer a Cristo, para vivir su Palabra, para imitar su vida y por medio de Él ir al Padre celestial. Aunque el Demonio sea una realidad que nos agrede y atemoriza no podemos sucumbir al miedo que infunde. En la Devoción a la Llama de Amor encontramos lo esencial de nuestro caminar en este mundo pasajero: conocer a Jesucristo y vivir en Él para ir a la suprema realización de nuestra existencia: el Padre Celestial. En este proceso la ayuda invaluable del Inmaculado Corazón de María está a nuestro lado como el Don más precioso del Hijo. Su intercesión es indispensable para que las familias se centren en Jesucristo y logren la realización de su matrimonio.